FICHA TÉCNICA



Título obra El hijo de trapo

Autoría Marcela del Río

Dirección Enrique Pineda

Grupos y Compañías Grupo Tecolote

Elenco Francisco Muñoz, Belinda Miranda, Amada Quintero, Margarita Argott




Cómo citar Solana, Rafael. "El hijo de trapo de Marcela del Río, dirige Enrique Pineda". Siempre!, 1983. Reseña Histórica del Teatro en México 2.0-2.1. Sistema de información de la crítica teatral, <criticateatral2021.org>



Siempre!   |   13 de julio de 1983

Columna Teatro

El hijo de trapo de Marcela del Río, dirige Enrique Pineda

Rafael Solana

A su regreso de una prolongada permanencia en Europa la autora Marcela del Río, de quien se han estrenado ya aquí Miralina, El pulpo y tal vez otras obras, nos presentó una nueva, El hijo de trapo, como otras suyas muy tendiente a la modernidad, muy alejada de los convencionalismos; un teatro experimental, expuesto a acertar unas veces, y con ello ampliar las fronteras y a desacertar otras, y quedarse en intento frustrado. Recordemos aquella frase que leímos en un cartel de toros: “Si respetáramos lo escrito no progresarían las ciencias ni las artes”.

Marcela del Río no respeta lo escrito formalmente; pero sí en el fondo de su drama El hijo de trapo, que nos plantea como verdadera una dicotomía que podría ser tachada de falsa, o por lo menos de arbitrariamente abultada, con fines artísticos: la de la mujer en quien se da en cierto momento la lucha de sí principalmente debe ser esposa o madre, con la desigual repartición de su tiempo, de su atención y de su afecto entre esas dos ocupaciones. La autora divide su personaje no en dos, sino en tres, con otra que podría entenderse como el sentido común, la tradición o la fuerza de la naturaleza; el marido, padre, amante, es uno solo. Y el hijo, un objeto de utilería.

Muchos de los espectadores son o serán a su tiempo padres, y muchas de las espectadoras son ya o serán madres, y algunas de ellas suegras o abuelas; lo que sí es seguro es que todos han sido hijos o hijas; el problema planteado rechaza cualquier limitación de época, de nacionalidad, de cultura, de clase social, y casi diríamos que de género y especie, pues se da no nada más en humanos, sino tal vez en otros mamíferos. Marcela del Río lo ha tratado con profundidad; pero encontramos que el director Enrique Pineda lo ha desvirtuado al pornografiarlo con exceso; se pierden los valores espirituales con la tosquedad y la desfachatez en la presentación de las facetas eróticas que el asunto conlleva; hay sobrebundancia de jadeos, manoseos, actitudes provocatívas y revolcamientos sicalípticos.

Los artistas del grupo Tecolote, Francisco Muñoz, Belinda Miranda, Amada Quintero y Margarita Argott, se desempeñan con suficiencia. Nos felicitamos de que Marcela del Río se reincorpore al ambiente teatral mexicano, en el que es una figura de importancia.