Teatro

Chilangos ingenuos

Bruno Bert

Hay toda una serie de obras breves de Emilio Carballido que suelen utilizarse como ejercicios para estudiantes de actuación. Y para esto van muy bien porque son ágiles, bosquejan personajes variados de nuestra fauna ciudadana, permiten el desenfado, están en todo de comedia o muestran una visión fársica de la realidad, obligan a la composición a partir de observar el entorno, etcétera. Pero no tiene otra pretensión que ésta, y sacadas del contexto estudiantil y llevadas a un escenario profesional se vuelven planas, obvias, plagadas de lugares comunes y francamente de muy escaso interés. Y esto simplemente porque en el primer caso la obra era una excusa para trabajar con el actor y en la segunda se produce una necesidad de transmisión completa hacia el espectador. Lo cual no viene a ser precisamente lo mismo. Ahora seis de estos trabajos breves han sido llevados a escena en el teatro Jorge Negrete con el nombre genérico de Chilangos, bajo la dirección de Mario Helo.

Qué decir de los resultados... A veces una obra con debilidades estructurales o de contenido puede levantarse con una buena dirección y un buen plantel de actores. Pero francamente no es este el caso. En primera instancia la escenografía entera de Félida Medina, aunque ingeniosa en sus posibilidades de disposición, prácticamente sale sobrando porque dado el origen mismo de las obras estas son factibles de montar con simplemente dos o tres elementos de apoyo, lo demás es puramente de adorno y francamente prescindible en la medida en que no influyen en el producto. Y ya sabemos que en escena todo aquello que no es estrictamente necesario (en el sentido funcional que también incluye lo estético) puede ser eliminado.

En lo que hace a la dirección, la imaginación parece haber dejado espacio a la rutina, al montaje adocenado, de estos rapiditos para el compromiso de estreno, por lo que en lugar de enriquecer las obras, las hace aún más evidentes en sus debilidades y en la simpleza 'un tanto ingenua de sus posturas, a una distancia casi sideral de los mejores productos de este dramaturgo. Hay sí, algún que otro atisbo de ingenio en tal o cual pincelada de la puesta, pero esto es en forma tan aislada que el conjunto queda casi nulo en cuanto a interés artístico. Los actores hacen lo que pueden y tal vez, de todo el conjunto, son lo más rescatable, aunque los desniveles se muestran como muy notorios y así, mientras algunos son capaces de diseñar personajes con una cierta complejidad de acciones, a otros se los ve lineales y repetitivos aunque interpreten papeles distintos en las diversas obras.

En definitiva, que no vale abundar más sobre este Chilangos, porque es un barco que hace agua por donde lo encaremos. Una lástima, y esto no sólo por Carballido sino también porque lo estamos viendo en un teatro de la ANDA, lo que debiera significar, al menos por una cuestión de prestigio en relación con la institución, un seguro de calidad, de 10 que naturalmente este espectáculo está lejos de ser.

Jorge Arvizu, Gloria Alicia Inclán y Rocío Yeo en Chilangos, de Emilio Carballido, dirección Mario Helo, Teatro Jorge Negrete (Manuel Altamirano 128, San Rafael, 535.2246); martes a jueves (20:30); viernes y sábado (19:15 y 21:30); domingo 17:00 y 19:15 horas). La obra reanuda presentaciones a partir del 3 de enero. Fotografías de Luis Fernando Moguel