FICHA TÉCNICA



Título obra Vampiros jóvenes

Autoría Fernando Muñoz Castillo

Dirección Gonzalo Valdés Medellín

Espacios teatrales Teatro Benito Juárez

Eventos Dramaturgos fin del siglo XX

Notas de eventos Connie Ibarzábal / dirección




Cómo citar Rabell, Malkah. "Dramaturgos fin del siglo XX Lecturas de obras". El Día, 1989. Reseña Histórica del Teatro en México 2.0-2.1. Sistema de información de la crítica teatral, <criticateatral2021.org>



TRANSCRIPCIÓN CON FORMATO

imagen facsimilar

El Día

Columna Se alza el telón

Dramaturgos fin del siglo XX Lecturas de obras

Malkah Rabell

Ya se hizo bastante costumbre en el ámbito teatrista de organizar lecturas de obras aún sin estrenar. Una de las más exitosas fue la serie de lecturas: Dramaturgos fin de siglo XX que tuvo su primera aparición el año pasado con nueve lecturas realizadas en el Centro Cultural José Martí, bajo la dirección de la escritora, periodista y crítica de teatro Connie Ibarzábal. Bajo la misma dirección se presentó una segunda serie en el teatro Benito Juárez en el presente año. Tuve la oportunidad de asistir a una de esas lecturas escritas por Fernando Muñoz Castillo bajo el título: Vampiros jóvenes, fábula apocalíptica.

Nunca me gustaron los auténticos vampiros que carecen de edad. Mas, estos vampiros jóvenes se diferenciaban de sus parientes sanguinarios. Tenían edad y la defendían con uñas y dientes. Las uñas y dientes las usaban contra sus padres, abuelos y maestros.

¡Que alud tan terrible de insultos y maldiciones contra sus mayores! El texto usa la rima aunque no el verso. Una rima muy modesta que no puede llamarse poesía. Ni mucho menos. A sus padres y parientes mayores de farsantes no los bajas. Aunque algo bueno han de tener esos farsantes. Y los consideran liberados sexuales. En cambio, ¡los jóvenes! ¡Que belleza! ¡Que perfección! "¡Madres latinas a parir más guerrilleros, ellos sembrarán jardines donde había basureros!"

En forma de coros hablados y a veces cantados, nos presentan a sus padres como "El club de corazones jodidos" "que visitan al psicoanalista dos veces a la semana". En cambio al joven hay que dejarlo hacer de lo suyo. "¡Rompe rasga – todo lo que te aprisiona – molesta – y no te deja ser!" Esos jóvenes tienen sus ángeles protectores. Unos angeles muy especiales que les prometen: "¡Sonríe – que yo estaré a tu lado – si no te dejas adocenar – con fútbol y tampax– si logras transgredir – y desatar los listones – que tu alma aprisionan sonríe – yo estaré contigo..."

Creo que todas las generaciones de jóvenes exhiben las mismas pretensiones. Desde luego que después las olvidan: "Al crecer todos olvidan – las ideas tempranas de ayer". Y los angeles los amenazan: "Raza de Caín – sube al cielo – y empuja a Dios sobre la tierra..."

Es un texto indudablemente más para la lectura que para el teatro: No obstante, con su multitud de ideas, con sus conflictivas situaciones, con su canto unido a la palabra, si los manejaran unos actores conocedores de su oficio, bajo la dirección de un director ya muy profesional, la pieza podría interesara un público heterogéneo. Mientras tanto bajo la dirección de un muy joven director, Gonzalo Valdés Medellín, que ya madura encontrar los caminos de la puesta en escena, aunque no llega a la misma calidad que sus escritos, y en el caso de esos Vampiros jóvenesel texto no da para más. Quizá si en lugar de vestir a sus igualmente jóvenes intérpretes de papel verde, los hubiera vestido con más sencillez clásica, de mezclilla o de negro con suéteres del mismo color, al estilo de Yves Montand cuando era joven, el texto hubiese ganado en atracción. De todos modos, al leer la obra, comprendí la palabra escrita mejor que la hablada. A la lectura uno tiene tiempo de detenerse y reflexionar y a encontrar en ese maremagnum de ideas críticas acerca de los "viejos" y de los jóvenes, unas verdades que en el escenario escapan.

En la página 29, Fernando Muñoz Castillo lanza uno de sus últimos gritos no sé si de dolor o de furia: Uno de los jóvenes pregunta a otro: "¿Por qué quieres deshacerte de todos los adultos?" Y el otro contesta: "Porque ellos nunca pensaron en nosotros... Jamás... ¿No es cierto?"

Pues no, no es cierto. Mentiras que los mismos jóvenes no creen. Y termina el diálogo: "Se alimentan siempre de la sangre de los jóvenes y de los más desprotegidos... Ellos glorificaron la guerra... Ellos son el apocalipsis. Su amor a la vida es de muerte..." Es otra de las mentiras que no sé si los jóvenes quieren creer. Pero muchos la repiten y hasta llegan a convencerse de que los viejos mandaban a la juventud a la guerra para ocupar con toda libertad sus sitios... ¡Tal vez!