FICHA TÉCNICA



Título obra Corona de fuego

Autoría Rodolfo Usigli

Espacios teatrales Teatro Xola

Notas Comentarios sobre la obra Corona de fuego




Cómo citar Maria y Campos, Armando de. "Corona de fuego de Rodolfo Usigli, en el teatro Xola. I". Novedades, 1961. Reseña Histórica del Teatro en México 2.0-2.1. Sistema de información de la crítica teatral, <criticateatral2021.org>



TRANSCRIPCIÓN CON FORMATO

Novedades

Columna El Teatro

Corona de fuego de Rodolfo Usigli, en el teatro Xola. I

Armando de Maria y Campos

Después de largos años de exilio teatral, Rodolfo Usigli vuelve a la escena mexicana con la segunda parte de una trilogía que comprenderá: Corona de sombra, la tragedia de Maximiliano; Corona de fuego, el encuentro fatal entre Cortés y Cuauhtémoc y Corona de luz, el poema religioso de la aparición de la Virgen de Guadalupe a un indio mexicano. Largamente anunciada esta pieza, Rodolfo Usigli declara en una dedicatoria a Benito Coquet, director del IMSS y principal animador de las actividades teatrales de éste, que la escribió, al fin, bajo la amistosa insistencia de aquel funcionario público. Dedica Usigli esta pieza a Héctor Pérez Martínez –primer biógrafo serio de Cuauhtémoc– y a Salvador Toscano, como homenaje elemental a su memoria y a las obras de esos sus amigos.

Como la pieza que abre esta trilogía, Corona de fuego es antihistórica. Al abrirse el texto de la obra Usigli aclara que una pieza de teatro, histórica o antihistórica, no es necesariamente una lección de historia, y él, deliberadamente, da la espalda a la historia del encuentro entre el conquistador español y el último emperador de los aztecas, para enredarse en los meandros de este cruce de razas y hallar en los jugos de la tierra los orígenes de la tragedia mexicana, paralelos, según el autor, a los de la tragedia de los griegos, tanto, que en otra nota explica la necesaria presencia del coro griego, con estas palabras: "Es inevitable substituir por modo automático la voz de helenos por la voz de hispanos, y toda la tirada (de versos) tiene una inconfundible resonancia mexicana, cuauhtemozitana en realidad. Podría ser esta cita, agrega R.U., el adiós del príncipe azteca al pie de la ceiba ". La cita está tomada de la pieza Ifigenia cruel de Alfonso Reyes, que dice:

¡Os acuso, helenos, os acuso
de prolongar con persuasión ilícita
este afrentoso duelo, esta interrogación.
Así deis con la frente en las esferas últimas
y os sienta el último fantasma
rodar entre peñascos en declive,
surtiendo por el pecho maldición de volcanes,
Oh, instrumentos de la cósmica injuria,
Oh, borrachos de todos los sentidos!

Otras ideas de Alfonso Reyes –expuestas en La hora de Anáhuac– sirvieron de sustentáculo intelectual a Usigli para abrir a los ojos del público el abanico de las últimas horas de Cuauhtémoc y de las más comprometidas de Cortés:

¡Príncipe de la Piragua! ¿qué te valdrán perdones?
¡Siégale conquistador, con el cuchillo que llevas!
(Ultima hora de Anáhuac; llora sobre las naciones,
hora que tiendes el cuello a la hoz de las horas nuevas).

Antes de la representación de Corona de fuego todo era interrogaciones entre el público. Y las interrogaciones estaban presentes al caer el telón después de una deslumbrante representación, sin duda como las mejores que puedan admirar los públicos de las principales capitales teatrales. Téngase en cuenta que el público de las premieres de los espectáculos del IMSS está integrado por lo que más vale y más cuenta de la vida social e intelectual de México. Magnífica presentación; cuidadosa, cronométrica casi, la interpretación, con la revelación de valiosos elementos artísticos. Aplausos para todos y flotando en el aire la advertencia de Usigli: "El teatro no es historia. Una pieza histórica si es buena, puede ser una lección de historia, nunca una clase de historia".

El espacio de que dispongo se agota, y como esta historia no debe quedar aquí la continuaré mañana.*


Notas

*La continuación de la crónica apareció hasta el 27 de septiembre de 1961.