FICHA TÉCNICA



Título obra Atracciones Fénix

Dirección Jesusa Rodríguez

Elenco Jesusa Rodríguez, Adriana Díaz de León, Regina Orozco, Jeannette Macari, Francis Laboriel, Paloma Woolrich, Liliana Felipe / piano, Alejandra Hernández / percusiones

Espacios teatrales Teatro Juan Ruiz de Alarcón




Cómo citar Rabell, Malkah. "Atracciones Fénix, espectáculo de Jesusa". El Día, 1986. Reseña Histórica del Teatro en México 2.0-2.1. Sistema de información de la crítica teatral, <criticateatral2021.org>



TRANSCRIPCIÓN CON FORMATO

imagen facsimilar

El Día

Columna Se alza el telón

Atracciones Fénix, espectáculo de Jesusa

Malkah Rabell

La joven directora Jesusa Rodríguez, o simplemente Jesusa como por lo general suele firmar sus realizaciones, ha logrado una brillante carrera con una increíble rapidez. Hace apenas una media docena de años se inició como actriz del grupo Sombras Blancas bajo la dirección de Julio Castillo. Continuó como escenógrafa y no tardó en encabezar una compañía propia que actualmente, en forma irónica se denomina de Las Divas (nombre debido a ese peculiar sentido del humor de Jesusa), ya que sólo la forman figuras femeninas y casi todas hacen gala de hermosas voces y de un gran dominio musical. Con una obra especialmente exitosa en México, Don Giovani, basada en la música de Mozart, la compañía salió a conquistar el mundo con Jesusa como autora, directora, escenógrafa, productora y actriz. Y... lo conquistó. Al volver a la patria, la multifacética artista preparó otra representación para, esta vez, dirigirse a la capital de Austria, donde la invitaron para el Festival de Viena. El espectáculo Atracciones Fénix es el producto de ese viaje y actualmente se presenta en el teatro universitario "Juan Ruiz de Alarcón", bajo los auspicios del Departamento de Teatro de la UNAM.

Mucha imaginación; sentido del humor hasta excesivo; una funcional y sugestiva escenografía; bellas voces de las cantantes: Adriana Díaz de León, Regina Orozco, Jeannette Macari, Francis Laboriel, y la ausencia total de voz operística de la joven cómica Paloma Woolrich; un perfecto acompañamiento en el piano de Liliana Felipe, y en las percusiones de Alejandra Hernández; y sobre todo, ¡ay! sobre todo, la maravillosa música de Mozart, que hemos de agradecer a Jesusa por no haberle puesto un ritmo rock, como hoy exige la "onda"; he aquí lo más característico del espectáculo.

En cuanto al argumento, admito humildemente que casi nada comprendí de éste antes de leer el programa de mano. Y le agradecí a quienes exigen del crítico un silencio total acerca del tema. Y esto me sucede por primera vez en mi vida. Porque me encanta hablar del argumento, desmenuzarlo y analizarlo... Pero leí el extravagante programa ya después del espectáculo. ¡Y la luz se hizo! Me enteré de quién era el cirujano Basilisco que transforma a los seres vivos en cadáveres, como cualquier cirujano ilustre. Supe quién era la señora Esfinge nacida de un huevo y que se dedica a la adivinanza del porvenir. Logré comprender cuáles eran los atractivos de la auténtica sirena y temblé cuando la decapitaron en el más pavoroso acto de prestidigitación... Y no les cuento el final para no suprimirles el gusto de la sorpresa.

¿Quién es el autor de tantas fantasías? Su nombre no aparece en el programa de mano. Pero desde luego, no puede ser otra que la directora Jesusa. Se trata de uno de esos espectáculos al estilo cinematográfico: toda la producción pertenece al realizador. En ese mundo de tanto colorido, yo también me permitiré un poco de imaginación interpretativa: el argumento me parece ser producto de una pesadilla de Mozart niño (él que fue una pesadilla para tantas damas de la corte de su época de niño). ¡Y ahí van los animales prehistóricos y posthistóricos producidos por nuestra civilización unidos! Y con cinco actrices –más bien seis, ya que la misma directora aparece en un breve papel–, Jesusa hace milagros bíblicos, y crea la impresión de todo un zoológico que se pasea por el escenario. ¡Milagro de la multiplicación visual! Tal vez la única falla del espectáculo sea su lado excesivamente grotesco.

Las intérpretes son excelentes, y la que más llama la atención es Regina Orozco: bellísima voz y no menos bella presencia: canta, baila y actúa con una especial gracia cómica. También la "auténtica" sirena, Jeannette Macari, canta, baila, es bella y actúa con temperamento. En el papel del cirujano Basilisco, Adriana Díaz de León se muestra sobre todo cantante. También Francis Laboriel tiene una hermosa voz. En cuanto a Paloma Woolrich se transforma en múltiples personajes a quien más cómico. Y si no canta en cambio nos hace reír sobre todo como el vendedor oriental de maravillas, que hasta ofrece piernas para la sirena. Y ella que tiene un hermoso rostro lo esconde sin el menor rasgo de vanidad.

Sólo Jesusa en sus breves apariciones, es en realidad como la conciencia del espectáculo, con su látigo y su melancolía que da el tono de la verdad de nuestro mundo que ríe para no llorar.