FICHA TÉCNICA



Título obra El astrónomo

Autoría Didier Cawalaert

Notas de autoría Héctor Azar / paráfrasis

Dirección Héctor Azar

Elenco Elisa Gottdiener, Leticia Gómez Rivera, Luis Mercado, Rebeca Aramoni

Notas de escenografía Ángela Gurría / estructuras escultóricas

Iluminación Benjamín Villanueva

Espacios teatrales Sala del Museo de Arte Moderno

Eventos Función especial por los 25 años del Periódico el Día




Cómo citar Rabell, Malkah. "El astrónomo, espectáculo de Héctor Azar". El Día, 1987. Reseña Histórica del Teatro en México 2.0-2.1. Sistema de información de la crítica teatral, <criticateatral2021.org>



TRANSCRIPCIÓN CON FORMATO

imagen facsimilar

El Día

Columna Se alza el telón

El astrónomo, espectáculo de Héctor Azar

Malkah Rabell

Durante unas dos décadas, hemos visto, quizá con excesiva frecuencia teatro de vanguardia, y sobre todo teatro del "Absurdo". De los años 1950 a 1970 esa tendencia logró cansarnos, y a los 20 años de aparecido el Anti-Teatro empezó a cerrarse su círculo, no sólo reemplazado por el relevo, que cada vez más buscaba sus elementos en el teatro tradicional, sino pisándole los talones venían nuevas expresiones escénicas, nuevas manifestaciones teatrales ajenas y divorciadas de la vanguardia de aquellos años. En la última década casi ya no hemos visto manifestaciones del Anti-Teatro. Y de repente nos dimos cuenta que las extrañarnos, que en la estrechez tradicional nos hacen falta las locuras vanguardistas. Y este Astrónomo que Héctor Azar nos trajo al Museo de Arte Moderno, nos llega como una fresca corriente de aire.

No se trata de alguna obra de grandes y famosos autores del movimiento vanguardista de los años 50. ¡No! Es una comedia de un joven escritor franco-belga, Didier Cawalaert, probablemente discípulo y admirador de Eugene lonesco, cuyas obras nos recuerda y sobre todo nos trae a la memoria el sentido del humor de La cantante calva, aunque tampoco en la presente comedia no hay ni cantante ni calva.

Dos señoras se encuentran en la sala de espera de un psicoanalista, y antes de llegara la presencia del médico, ya se cuentan una a la otra sus propias locuras amorosas. Según declara Héctor Azar, nos ofrece la obra del franco-belga en una paráfrasis que se debe a su propia pluma. Y en esta colaboración del joven autor descubierto últimamente en París, y del dramaturgo-poeta-maestro-director de escena mexicano, Héctor Azar, se ha encontrado tan cantidad de sentido del humor, que el público reunido en la sala del Museo de Arte Moderno la noche del viernes 19 de junio, en un espectáculo especial dedicado a los 25 años de la existencia del periódico El Día, no dejó de reirse.

Hace mucho que Héctor Azar nos abandonó para dedicarse a su propio teatro-estudio, hace ya varios años que se alejó del movimiento del teatro estudiantil para crear el CADAC. Vuelve para darnos una puesta en escena cómica con un texto bastante hermético e incomprensible. El cual sin embargo, pese a su hermetismo tiene una gracia muy especial, y nos encontramos con ciertos razgos de Héctor Azar que nos lo devuelven tal como lo conocimos en sus años de director de teatro universitario. Reconocí la mano y el gusto de Héctor Azar en cada par de zapatos que usaban sus intérpretes, en cada vestuario extrambótico y a la vez de buen gusto que Héctor Azar impuso a sus actores, mujeres y hasta hombres. Héctor Azar es capaz de aprovechar la nariz de sus intérpretes femeninas para dar a sus protagonistas una especial significación.

Su intérprete de una de las dos damas psicoanalizadas, Eloisa Gottdiener, que ya conocimos en la época del teatro universitario, es excelente, con una comicidad adaptada a cada movimiento, a cada gesto, a cada mímica del rostro. Leticia Gómez Rivera, actriz aún desconocida para mí, es otra excelente comediante, con mucho temperamento, clara dicción y no menor fantasía. En un personaje de menor importancia, Rebeca Aramoni aún no logra la misma madurez artística. Tampoco Luis Mercado puede conquistar la misma perfección que sus dos colegas fe meninas en el único personaje masculino de la comedia. Aún no logra dominar su propia risa juvenil en las escenas cómicas del protagonista.

En cuanto a la escenografía, en realidad no existe, y sólo se emplea ciertas estructuras escultoricas de Ángela Gurría que en su exposición en el Museo de Arte Moderno se denominan. Astronomía, ya que sus estructuras tratan de imitar las formas abstractas de los astros. El diseño de iluminación se debe a Benjamín Villanueva, otra personalidad que nos vuelve después de una prolongada ausencia. De la unión de este grupo de artistas bajo la dirección de Héctor Azar, surge y se impone una deliciosa representación.