FICHA TÉCNICA



Título obra Nocturno a Rosario

Autoría Wilberto Cantón

Dirección José de Jesús Aceves

Elenco Enrique Aguilar, Carlos Becerril, Francisco Muller, Rebeca Iturbide, Aurora Alvarado, Leopoldo Ortín (Polo), Enrique Díaz Indiano, Ada Carrasco

Escenografía Antonio López Mancera

Espacios teatrales Teatro Arcos Caracol

Eventos Primera Temporada de Repertorio

Ilustraciones Fotografía: Fernando Sánchez Mayans, flamante autor teatral




Título obra Jezabel

Autoría Jean Anouilh

Notas de autoría José de Jesús Aceves / traducción

Dirección José de Jesús Aceves

Elenco Berta Moss, Enrique Aguilar, Elena Julián, Francisco Muller, Aurora Alvarado, Ada Carrasco, Enrique Díaz Indiano, Rosa Mondragón

Escenografía Antonio López Mancera

Notas Estrenada el 9 de septiembre y censurada




Título obra Las alas del pez

Autoría Fernando Sánchez Mayans

Dirección Fernando Wagner

Elenco Virginia Manzano, Luis Bayardo, María Eugenia Ríos, Virginia Gutiérrez, Enrique Reyes, Luis Jimeno

Escenografía Antonio López Mancera

Espacios teatrales Teatro de los Compositores

Eventos I Festival de Teatro Mexicano

Notas Luis Jimeno puede ser Luis Gimeno




Cómo citar Reyes, Mara (seudónimo de Marcela del Río). "Continuan los atropellos". Diorama de la Cultura, 1960. Reseña Histórica del Teatro en México 2.0-2.1. Sistema de información de la crítica teatral, <criticateatral2021.org>



TRANSCRIPCIÓN CON FORMATO

imagen facsimilar

Diorama de la Cultura, Excélsior

Columna Diorama Teatral

Continuan los atropellos

Mara Reyes

Primera temporada de repertorio: Teatro Arcos Caracol. Nocturno a Rosario. Autor, Wilberto Cantón. Dirección, José de J. Aceves. Escenografía, Antonio López Mancera. Reparto: Enrique Aguilar, Carlos Becerril, Francisco Muller, Rebeca Iturbide, Aurora Alvarado, Leopoldo Ortín, E. Díaz Indiano, etc. Estreno: 6 de septiembre.

Jezabel. Autor, Jean Anouilh. Traducción y dirección, José de J. Aceves. Escenografía, Antonio López Mancera. Reparto: Berta Moss, Enrique Aguilar, Elena Julián, Francisco Muller, Aurora Alvarado, Ada Carrasco, E. Díaz Indiano y Rosa Mondragón. Estreno, 9 de septiembre.

Se abrió la primera temporada de repertorio del teatro Arcos Caracol, con la reposición del Nocturno a Rosario, de Wilberto Cantón, obra en la que su autor no ha pretendido en forma alguna hacer historia. Su Manuel Acuña no es sino el símbolo de una época que se vivió en México, como en todo el mundo, en la que el apasionamiento romántico hacía buscar la exaltación a cualquier precio. El objetivo fue logrado por Cantón, plenamente.

De las dos ocasiones que hemos presenciado la obra en la capital –pues se estrenó primero en Saltillo, no tuvimos oportunidad de verla–, creemos que en esta ocasión se plasmó con mayor éxito el ambiente de la época.

En la escenificación anterior, Carlos Fernández, buen actor pero frío por naturaleza, no llegó a conmovernos. En cambio, ahora, a pesar de que la actriz Rebeca Iturbide no satisface, Enrique Aguilar le dio sentido a toda la obra; su entrega absoluta al personaje justifica las actitudes, hace vivir la época. Podríamos afirmar sin exageración que esta interpretación es una de las más cuajadas de Enrique Aguilar.

Por lo demás, el resto del reparto: Aurora Alvarado, joven actriz con posibilidades, Carlos Becerril, Ada Carrasco, Francisco Muller –¡lástima que nunca haya podido quitarse ese acento que tanto perjuicio le hace!– Leopoldo Ortín, Enrique Díaz Indiano, etc., todos desempeñan con acierto sus respectivos personajes.

Hasta la víspera del estreno de Jezabel, todo iba sobre ruedas en la temporada. Pero vino el estreno de esta obra de Anouilh, en la que la sordidez y la miseria –miseria en todos los órdenes: económica y espiritual, se palpan en uno de los dramas más crudos, y sin embargo, nada extraños a nuestra sociedad, y se produjo el desastre.

Después de su estreno que constituyó uno de los más grandes triunfos del teatro Arcos Caracol, pues Berta Moss logra en esta obra una creación poco común, y en donde todos sus elementos entregan lo mejor que tienen de sí mismos, repetimos, después de su estreno, al día siguiente, viene el atropello: la obra se prohíbe por “inmoral”.Nos preguntamos nosotros: ¿qué explicación va a dársele a los que concurren de todo el mundo al Congreso de Universidades que se lleva a cabo en nuestra ciudad, acerca de que en México se prohíben las obras de Jean Anouilh y de Fernando de Rojas, pues no debemos olvidar La Celestina?

Con estos atentados a la cultura, todavía nos asombramos de que nuestros empresarios no quieran arriesgarse llevando a la escena obras de fondo y de contenido social o simplemente humano. Nos asombramos de que se pongan tan frecuentemente obras policíacas y piezas “blancas”, sin trascendencia.

¿Cómo es posible llevar a escena otras obras si cuando un empresario se atreve con aquellas que tienen una importancia cultural corre el riesgo de tener que cerrar al día siguiente del estreno, como le ha ocurrido al teatro Arcos Caracol?

Pero así son las disposiciones de nuestras autoridades y ni modo. Tal vez los señores de “Espectáculos” decidirán que para que aparezca en la obra el ejemplar castigo a la inmoral protagonista deban salir a escena al final de la obra dos “granaderos”, como para dar a entender que se la llevarán a la cárcel. ¿Que la obra de Jean Anouilh se derrumbaría? Es indudable, pero eso qué importa si así ya iría dentro de “las buenas costumbres”.

Las alas del pez. Teatro de los Compositores. Autor, Fernando Sánchez Mayans. Dirección, Fernando Wagner. Escenografía, Antonio López Mancera. Reparto: Virginia Manzano, Luis Bayardo, María Eugenia Ríos, Virginia Gutiérrez, Enrique Reyes y Luis Jimeno.

Por fin, el primero y gran triunfo del Primer Festival de Teatro Mexicano. La representación de Las alas del pez, constituye uno de esos milagros teatrales en los que todo converge a su éxito. Esta primera obra de Sánchez Mayans, es de una acentuada raíz mexicana y, sin embargo, de proyección universal, aspiración de todo arte, pues el tema que desarrolla es profundamente humano. Este es su principal valor. No se encuentra un pero que ponerle.

Extraordinariamente bien construida, justificando todas las actitudes y las transiciones en el pensamiento de los personajes, ¡sin narración!, ya que todos los antecedentes de los personajes se dan dentro de las situaciones dramáticas, es decir, tienen un papel que jugar, no sólo como simple narración. Diálogo fluido, lenguaje sencillo y de una gran poesía. En fin: una obra redonda.

Como decíamos, todos lo elementos coadyuvaron al total éxito de la representación: Wagner, logró una dirección ágil y matizada, con buen ritmo. La escenografía de López Mancera, adecuadísima, sin exageraciones, proyectando la personalidad de los inquilinos de las dos casas por medio de la decoración de cada una de ellas.

Las actuaciones: la de Virginia Manzano y la de Luis Bayardo, son verdaderamente excepcionales. En cuanto a Virginia Gutiérrez, María Eugenia Ríos, Enrique Reyes y Luis Jimeno, logran una interpretación excelente en sus respectivos papeles. Sentimos mucho tener que expresar tan sintéticamente nuestra opinión. ¡Vaya de todas formas un aplauso entusiasta al autor muy especialmente, al director y a todos los intérpretes de esta obra que bien podría llevarse el premio Juan Ruiz de Alarcón de este año!