Diorama Teatral
TEATRO NACIONAL
POPULAR FRANCES
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Henry IV. Palacio de Bellas Artes. Autor, Luigi Pirandello. Traducción al francés, Bejamín Cremieux. Dirección: Jean Vilar. Trajes y escenografía: León Gischia. Música de Maurice Jarre. Reparto: Compañía del TNP. ¿Cual es la finalidad de todo arte? En mi concepto, la de producir emoción. A través
de toda la historia, vemos cambiar
el concepto de belleza. Cuando un
concepto se hace estático, se convierte en molde, pierde su emotividad y por ende su validez. Entonces se hace necesario
descubrir la belleza en nuevos elementos,
encontrar nuevos valores. De este
modo se renueva la estética cada día. Hago esta reflexión, a propósito de la representación de Enrique
IV de Pirandello, pues
creo que el TNP se ha quedado en esa situación
estática de
la que se ha liberado ya el teatro moderno. Jean Vilar ha preferido
hacer de sus actores, declamadores
de un texto, más que intérpretes de
él. La emoción
se ha perdido.
No es posible hacernos creer que
con olvidar el color en las luces, con olvidar el telón
y devolviendo el antiguo gran proscenio al teatro, se
está haciendo teatro moderno. Tampoco vale como justificación el afirmar que en la época de Shakespeare no existía
el telón, o que
en la época de los griegos toda la acción se sucedía en aquel proscenio que se adelantaba
hacia el público como un
trampolín en una alberca. Cada época tiene sus necesidades
y sus conceptos estéticos y hace arte quien mejor se
expresa en los términos que le fija su época. ¿Qué
aportación daría ahora un compositor que nos presentara una música similar a la de
Bach, o Beethoven, o un pintor,
que pintara igual a Miguel
Ángel como no fuera la
de demostrar una buena técnica? ¿Y por qué? Simplemente porque esas obras no corresponderían a las necesidades espirituales de nuestra época, no serían un adecuado corolario de nuestro medio ambiente y de nuestros problemas.
Admitamos este tipo de teatro, encajonado en los viejos moldes arcaicos, en una compañía como la Comedia Francesa, como un museo en el que se conservan las tradiciones, pero es inadmisible en una compañía que trabaja en un teatro dirigido al pueblo, que es la dinámica misma, que se transforma cada día. No, al pueblo, no puede dársele un teatro acartonado y estático en cuanto a su emoción interior, no puede dársele un clisé o un molde, sino |
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