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Sigue de la página cuatro

 

 

la obra de Bertolt Brecht El circulo de tiza caucasiano.  

 

Directores     

 

    Hablar de lo mejor que se ha hecho -en cualquier rama y en cualquier período- siempre es comprometedor, por cuanto que uno, como opinante, no está exento ni del error, ni de la ignorancia. Trato pues aquí, de expresar con imparcialidad -hasta donde la imparcialidad es posible en un ser humano-, mi opinión personal sobre el teatro que vi, que si fue abundante no es, de ninguna manera, todo el que se hizo.

     Cuando un director de escena consigue hacer de su mise en scène una creación y no se conforma con poner en práctica un sistema técnico un tanto mecanicista para dar forma viva a un texto, es cuando su trabajo se convierte en arte auténtico. Cuando un director -y lo mismo puede decirse de un actor- sublima el texto del que se sirvió y conmueve al espectador más que por las palabras, por el espíritu de esas palabras, es cuando el director está cumpliendo con su obligación estética. Y quien -en mi opinión- ha

 

diorama

teatral

 

cumplido mejor con esa obligación es, por enésima vez, Alexandro Jodorowsky, con su escenificación -verdadera obra maestra- de Víctimas del deber de Ionesco.

     Dentro del teatro tradicionalista, otros directores hicieron un papel brillante: José Luis Ibáñez, por Mudarse por mejorarse; Ignacio Retes por su propia obra y por El hilo rojo; Dimitrios Sarras, por Ajuste matrimonial; José Solé, por Yerma y, dentro del teatro de estudio, José Estrada, por Jacobo o la sumisión y Se necesita de todo para hacer un mundo, en la que se reveló como un director imaginativo.

 

Actores

 

    También por enésima vez, haciendo una mancuerna perfecta con Alexandro Jodorowsky, Carlos Ancira demostró que sigue a la cabeza de los histriones de México. Víctimas del deber fue uno de esos milagros en los que

 

los ríos confluyen en un punto exacto que es el del arte. Comparten lauros con Ancira, María Teresa Rivas y Héctor Suárez, este último constituyó una verdadera revelación. Estamos acostumbrados a que Alexandro descubra actores.

 Sobresalieron, también como en otros años, Augusto Benedico y Virginia Gutiérrez, por El hilo rojo (Benedico además por Rómulo Magno); Sergio Bustamante y Emilia Carranza, por Ajuste matrimonial; Ignacio López Tarso, por Los hombres del cielo; Carlos Fernández y Beatriz Sheridan por Diálogo entre el amor y un viejo y Mudarse por mejorarse y Carmen Montejo por Orfeo desciende.

 

Escenógrafos

 

 Además de dos pintores: Arnaldo Cohen -autor de la escenografía de Víctimas del deber y Vicente Rojo -autor del diseño para Mudarse por mejorarse- sólo Virgilio Leos, conocido como actor, se presenta como nuevo valor dentro de la escenografía. Aparte de ellos, volvieron a adquirir su rama de laurel, los consabidos: David Antón y Julio Prieto.