Fernando
Sánchez Mayans, flamante autor teatral. [Pie de foto.]
Primera
temporada de repertorio: Teatro Arcos Caracol. Nocturno a Rosario.
Autor, Wilberto Cantón. Dirección, José de J. |
reparto:
Aurora Alvarado, joven actriz con posibilidades, Carlos Becerril, Ada Carrasco,
Francisco Muller -¡lástima que nunca haya podido quitarse ese acento que
tanto perjuicio le hace!-; Leopoldo Ortín, Enrique Díaz
Indiano, etc., todos desempeñan con acierto sus respectivos personajes.
Hasta
la víspera del estreno de Jezabel, todo iba sobre ruedas en la
temporada. Pero vino el estreno de esta obra de Anouilh, en la que la
sordidez y la miseria -miseria en todos los órdenes: económica y espiritual,
se palpan en uno de los dramas más crudos, y sin embargo, nada extraños a
nuestra sociedad, y se produjo el desastre.
Después de su estreno que constituyó uno de los más
grandes triunfos del teatro Arcos Caracol, pues Berta Moss logra en esta obra una creación poco
común, y en
|
|
Diorama Teatral
CONTINUAN LOS
ATROPELLOS
Por MARA REYES
|
|
Aceves.
Escenografía, Antonio López Mancera. Reparto: Enrique Aguilar, Carlos
Becerril, Francisco Muller, Rebeca Iturbide, Aurora Alvarado, Leopoldo Ortín,
E. Díaz Indiano, etc. Estreno: 6 de septiembre.
Jezabel. Autor, Jean
Anouilh. Traducción y dirección, José de J. Aceves. Escenografía, Antonio
López Mancera. Reparto: Berta Moss, Enrique Aguilar, Elena Julián, Francisco Muller,
Aurora Alvarado, Ada Carrasco, E. Díaz Indiano y Rosa Mondragón.
Estreno, 9 de septiembre.
Se abrió la primera temporada de repertorio del
teatro Arcos Caracol, con la reposición del Nocturno a Rosario, de
Wilberto Cantón, obra en la que su autor no ha pretendido en forma alguna
hacer historia. Su Manuel Acuña no es sino el símbolo de una época que se
vivió en México, como en todo el mundo, en la que el apasionamiento romántico
hacía buscar la exaltación a cualquier precio. El objetivo fue logrado por
Cantón, plenamente.
De
las dos ocasiones que hemos presenciado la obra en la capital -pues se estrenó primero en Saltillo, no tuvimos oportunidad de verla-,
creemos que en esta ocasión se plasmó con mayor éxito el ambiente de la época.
En la escenificación anterior, Carlos Fernández, buen
actor pero frío por naturaleza, no llegó a conmovernos. En cambio, ahora, a
pesar de que la actriz Rebeca Iturbide no satisface, Enrique Aguilar le dio
sentido a toda la obra; su entrega absoluta al personaje justifica las
actitudes, hace vivir la época. Podríamos afirmar sin exageración que esta
interpretación es una de las más cuajadas de Enrique Aguilar.
Por
lo demás, el resto del |
donde
todos sus elementos entregan lo mejor que tienen de sí mismos, repetimos,
después de su estreno, al día siguiente, viene el atropello: la obra se
prohíbe por “inmoral”.
Nos
preguntamos nosotros: ¿qué explicación va a dársele a los que concurren de
todo el mundo al Congreso de Universidades que se lleva a cabo en nuestra
ciudad, acerca de que en México se prohíben las obras de Jean Anouilh y de
Fernando de Rojas, pues no debemos olvidar La Celestina?
Con estos atentados a la cultura, todavía nos
asombramos de que nuestros empresarios no quieran arriesgarse llevando a la
escena obras de fondo y de contenido social o simplemente humano. Nos
asombramos de que se pongan tan frecuentemente obras policíacas y piezas
“blancas”, sin trascendencia.
¿Cómo es posible llevar a escena otras obras si cuando
un empresario se atreve con aquellas que tienen una importancia
cultural corre el riesgo de tener que cerrar al día siguiente del estreno,
como le ha ocurrido al teatro Arcos Caracol?
Pero así son las disposiciones de nuestras
autoridades y ni modo. Tal vez los señores de “Espectáculos” decidirán que
para que aparezca en la obra el ejemplar castigo a la inmoral protagonista
deban salir a escena al final de la obra dos “granaderos”, como para dar a
entender que se la llevarán a la cárcel. ¿Que la obra de Jean Anouilh se
derrumbaría? Es indudable, pero eso qué importa si así ya iría dentro de “las
buenas costumbres”.
Las alas del pez.
Teatro de los Compositores. Autor, Fernando Sánchez Mayans. Dirección,
Fernando Wagner. Escenografía, Antonio López Mancera. Reparto: Virginia
Manzano, Luis Bayardo, María Eugenia Ríos, Virginia Gutiérrez, Enrique Reyes
y Luis Jimeno.
Por fin, el primero y gran triunfo del
Primer Festival de Teatro Mexicano. La representación de Las alas del pez,
constituye uno de esos milagros teatrales en los que todo converge a su
éxito. Esta primera obra de Sánchez Mayans, es de una acentuada raíz mexicana
y, sin embargo, de proyección universal, aspiración de todo arte, pues el
tema que desarrolla es profundamente humano. Este es su principal valor. No
se encuentra un pero que ponerle.
Extraordinariamente bien construida,
justificando todas las actitudes y las transiciones en el pensamiento de los
personajes, ¡sin narración!, ya que todos los antecedentes de los personajes
se dan dentro de las situaciones dramáticas, es decir, tienen un papel que
jugar, no sólo como simple narración. Diálogo fluido, lenguaje sencillo y de
una gran poesía. En fin: una obra redonda.
Como decíamos, todos lo elementos
coadyuvaron al total éxito de la representación: Wagner, logró una dirección
ágil y matizada, con buen ritmo. La escenografía de López Mancera,
adecuadísima, sin exageraciones, proyectando la personalidad de los
inquilinos de las dos casas por medio de la decoración de cada una de ellas.
Las actuaciones: la de Virginia Manzano
y la de Luis Bayardo, son verdaderamente excepcionales. En cuanto a Virginia
Gutiérrez, María Eugenia Ríos, Enrique Reyes y Luis Jimeno, logran una
interpretación excelente en sus respectivos papeles. Sentimos mucho tener que
expresar tan sintéticamente nuestra opinión. ¡Vaya de todas forma un aplauso
entusiasta al autor muy especialmente, al director y a todos los intérpretes
de esta obra que bien podría llevarse el premio Juan Ruiz de Alarcón de este
año!
|
|
|
|