el último
acto tiene escenas de verdadera altura.
A María
Idalia, a pesar de que su papel sirve sólo para apoyar a los otros
personajes, la vemos madura, más cuajada. María tiene aún mucho camino por
delante y seguramente ocupará uno de los lugares de honor de la escena de
México.
Olivia
Michel, a la que no veíamos en teatro desde La mandrágora, la encontramos distinta, más desenvuelta y más
segura de sí.
La
dirección de Jesús Aceves nos pareció bastante acertada, uno de sus mayores
aciertos es el ritmo, con un juego extraordinario de las pausas.
Manos de plata. Teatro Jorge Negrete. Autor, Francisco Serrano Anguita. Dirección. Fernando Soler.
Si Rigoberto, obra anteriormente representada por don Fernando Soler
(y de la cual aprovechan la escenografía) era de corte anticuado, al menos
tenía la disculpa de estar bien escrita y de darle a Soler la oportunidad de
lucirse corno actor. Pero Manos de plata no permite ningún lucimiento.
Cuando
menos el programa debería señalar la acción a principios de siglo y no
situarla en la época actual, ya que los problemas que en ella se plantean no
tienen ninguna vigencia en estos momentos. Ahora, la juventud descarriada que
representan los
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