FICHA TÉCNICA



Título obra La pasión de Pentesilea

Autoría Luis de Tavira

Notas de autoría Basado en una idea de Henrich von Kleist

Dirección Raúl Quintanilla y Luis de Tavira




Cómo citar Bert, Bruno. "La pasión de Pentesilea". Tiempo Libre, 1988. Reseña Histórica del Teatro en México 2.0-2.1. Sistema de información de la crítica teatral, <criticateatral2021.org>



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Teatro

La pasión de Pentesilea

Bruno Bert

¿Hay o no que tomar en cuenta los hechos que rodean el montaje de una obra? Alrededor de La pasión de Pentesilea son conocidas las renuncias de dos funcionarios, una huelga que sacudió al CUT por un tiempo considerable y toda otra serie de circunstancias que permiten una reflexión política del momento, por cierto nada alentador, por el que pasa el teatro universitario. Recinto donde últimamente campea la mediocridad como dueña de casa y la arbitrariedad como norma de conducta. Hechos en absoluto desconocidos sino reiteradamente señalados por buena parte de la intelectualidad de nuestro país.

Pero una vez estrenado el producto, las consideraciones se dividen y, si por un lado las alternativas significan una importante fuente de información y crítica, por el otro los resultados artísticos -deben ser considerados per seen función de su calidad. Vamos a esto entonces.

La pasión de Pentesilea está inspirada en un poema trágico de H. Von Klein, aquel poeta alemán que junto con Buchner, Holderin y Lenz forman el conjunto de los "malditos" que marca la transición entre el clasicismo y el romanticismo con un nivel de calidad e interés en sus productos difícilmente no sólo superado sino ni siquiera igualado en los 100 años siguientes, si descontamos a su contemporáneo Schiller y al Wedekin de fines del XIX. Fuente fecunda y frecuente de recurrencia de más de un director de escena que ha adaptado estas obras a nuestra época considerando la fuerte actualidad que de por sí conservan.

El material de Von Klein sirvió para que Luis de Tavira diseñara sobre él la trama y los textos del espectáculo que se nos presenta. Y si aquel comprendía un alegato sobre la pasión y el instinto de muerte de ubicación clásica pero en el contexto de las guerras napoleónicas; éste se extiende e incorpora elementos que incluyen las conquistas americanas (Pizarro), la segunda guerra mundial (Eisenhouer) y hasta la guerra de Vietnam, en una coexistencia de imágenes donde el tiempo se borra en cuanto a fragmentación y forma, una continuidad donde los personajes coexisten en una playa única donde desembocan todos los cadáveres y las muertes desde la guerra de Lyon hasta hoy.

No es simple el intento de seguir una estructura narrativa por debajo de la anécdota del trágico encuentro entre Aquiles y Pentesilea, la reina de las amazonas. Las imágenes pululan y muchas de ellas resultan crípticas para el espectador al que se lo somete a una doble presión: por un lado la constitución permanente de cuadros de sabor estatizante y operístico donde los actores se componen en frescos heroicos son diálogos de reminiscencias clásicas; y por el otro rupturas brutales a un ritmo desenfrenado donde las acciones bélicas se diseñan y reiteran una y otra vez a partir de efectos de sonido, abundancia de gritos y un despliegue acrobático de los cuerpos con saltos, maromas y caídas, sonido de metrallas y lluvias de flechas que debido a la estrechez del espacio suelen caer en abundancia sobre platea.

El estilo épico, tan claro de Luis de Tavira, es utilizado para el montaje, incluyendo entonces abundantes canciones, efectos permanentes de distanciamiento tanto a partir del trabajo de los actores como de la estructura de la obra, y en la implementación de los elementos utilizados en vestuario y utilería que en ningún momento invitan a la mimetización sino que por el contrario mantienen un claro efecto de teatralidad o lo largo de todo el trabajo.

Todo esto nos va indicando una seria labor por parte de la dirección —a cargo tanto de Luis de Tavira como de Raúl Quintanilla — en la estructuración de la idea conductora, la adaptación de un difícil texto, el manejo de una propuesta escénica, un nada despreciable contenido a transmitir... en definitiva, una experiencia muy propia del lugar donde se realiza que es justamente la escuela de actuación de la Universidad.

Sin embargo, el resultado es fragmentario, porque todo se apoya necesariamente en la labor de los actores y éstos, en líneas generales, demuestran que han sido preparados pero también que no están a la altura de una propuesta de esa envergadura. Que saber acrobacia no significa saber actuar, que cantar no implica necesariamente que tengan la voz necesaria para ello, que seguir un esquema coreográfico no siempre es poder llenarlo con vida y que recordar un texto no es lo mismo que saber decirlo. Y que en definitiva las propuestas de Brecht para el actor son más fáciles de comprender que de asimilar en la práctica, con el peligro que el distanciamiento sea tal que inhiba la propuesta básica del alemán cuando decía con un dejo de ironía que la función primaria del teatro es entretener. Tres horas son mucho tiempo para los compañeros del elenco de Pentesilea y posiblemente también para los espectadores, que desearían que el director hubiera hallado un material que no sólo lo satisficiera a él (o ellos) sino también que se hallara a la altura de poder ser asimilado creativamente por un conjunto de actores en formación. La complejidad de las ideas a transmitir es homóloga a las dificultades escénicas que la puesta plantea, y toda esta riqueza potencial parece haber hecho olvidar a los directores que la vinculación actoral no estaba aún madura como para Un resultado como el que seguramente soñaron entre ambos. Rescatemos sin embargo la audacia de la propuesta porque en un espacio de aprendizaje como el CUT resulta seguramente mucho más estimulante ésta que la insulsez. Y habrá pasos más firmes.

Escena de La pasión de Pentesilea, de Luis de Tavira, basado en- una idea de Henrich Von Kleist, dirección de Raúl Quintanilla y Luis de Tavira, Teatro del CUT (Insurgentes Sur 3000, CU), 6551344/7O09 y 7050), jueves y viernes (20:30), sábado (19:00) y domingo (18:00 horas).>/strong>