FICHA TÉCNICA
Eventos Festival de Verano 1967 del INBA
Notas Grupos elegidos para presentarse en el Festival de Verano 1967 del INBA
Referencia Mara Reyes (seudónimo de Marcela del Río), “Diorama teatral. Festival de Verano”, en Diorama de la Cultura, supl. de Excélsior, 3 septiembre 1967, p. 4.
Título obra Anfitrión
Autoría Jean-Baptiste Poquelin Molière
Dirección André Moreau
Notas de dirección Angelina Páez / asistente de dirección
Grupos y Compañías Alumnos de la Escuela de Arte Teatral del INBA
Elenco Miguel Ángel Zevada, Cristina Rubiales, Luis Robles, Marcelo Sánchez, Ismael Maldonado, Carlos Águila, José Cortés, Angelina Páez, Mario Malpica, Ana Victoria Soto, Francisco Jordán
Escenografía Edith Juárez y René Durón
Música Luis Gimeno / selección musical
Vestuario César Pérez Soto
Espacios teatrales Sala Xavier Villaurrutia
Notas Luis Gimeno puede ser Luis Jimeno
Referencia Mara Reyes (seudónimo de Marcela del Río), “Diorama teatral. Festival de Verano”, en Diorama de la Cultura, supl. de Excélsior, 3 septiembre 1967, p. 4.
TRANSCRIPCIÓN CON FORMATO
imagen facsimilar
Referencia Electrónica
Diorama de la Cultura, Excélsior
Columna Diorama Teatral
Festival de verano
Mara Reyes
Asombra la intensa actividad del Departamento de Teatro del INBA. Mientras en el Teatro Comonfort y en el Jiménez Rueda se suceden las escenificaciones de las obras premiadas en el Festival de Primavera y en las plazas, las de las compañías “trashumantes”, se verifica –en la Sala Ponce– un ciclo de conferencias para celebrar el Centenario del Natalicio de Luigi Pirandello y se prepara el Festival de Verano 1967, dedicado también al insigne escritor italiano.
De los dieciocho grupos que se presentaron ante el Comité de Selección, integrado por el autor Sergio Magaña y el director Dagoberto Guillaumin, fueron elegidos para presentarse en el Festival –que dará comienzo próximamente–, los siguientes grupos:
Grupo Xavier Villaurrutia. Obra: Cecé. Dirección: Julio Castillo M. (Premio como actor en el Festival de Primavera 1967).
Grupo El Sololote. Obra: La morsa. Dirección: Adam Guevara.
Grupo de la Sociedad Dante Alighieri. Obra: Enrique IV. Dirección: Josefina Brun y Satilda González.
Grupo Mascarones. Obra: Tríptico pirandelliano. (El hombre de la flor en la boca. El diploma y Bellavita). Dirección: Humberto Proaño.
Grupo La Generación. Obra: Los gigantes de la montaña. Dirección Abraham Oceransky.
Grupo Las Hormigas. Obra: Vestir al desnudo. Dirección: Hugo Galarza. (Premio como director, en el Festival de Verano 1966).
Anfitrión. Sala Villaurrutia. Autor, Molière. Dirección, André Moreau. Escenografía, Edith Juárez y René Durón. Vestuario, César Pérez Soto. Selección Musical, Luis Gimeno. Asistente de Dirección, Angelina Páez. Reparto: Miguel Ángel Zevada, Cristina Rubiales, Luis Robles, Marcelo Sánchez, Ismael Maldonado, Carlos Águila, José Cortés, Angelina Páez, Mario Malpica, Ana Victoria Soto, Francisco Jordán.
A todas estas actividades, se añade una temporada en la Sala Villaurrutia, de la Escuela de Arte Teatral que dirige José Solé, con la obra: Anfitrión de Molière, escenificada por alumnos de dicha escuela, bajo la dirección de André Moreau.
Este director, maestro de muchas generaciones teatrales, es uno de los máximos conocedores del teatro francés con que cuenta México. Su escenificación a más de respetar los lineamientos básicos del teatro clásico francés, consigue mantener durante toda la representación la atmósfera molieresca, logro harto difícil, trátese de actores noveles, o de profesionales. Sobresalen por distintas cualidades: Miguel Ángel Zevada, Cristina Rubiales, Luis Robles, Ismael Maldonado, Marcelo Sánchez y Ana Victoria Soto.
Temporadas como ésta son las que están propiciando la renovación del arte escénico en México. Es sabido que cuando un actor-alumno sale de la escuela, pletórico de conocimientos intelectuales sobre el teatro, pero escaso de experiencia y con la obligación de integrarse y adaptarse a las compañías profesionales, formadas por elementos heterogéneos –unos con formación académica, otros que han tenido por sola escuela, la diaria práctica en los escenarios –se encuentra desorientado, confundido. Trata de aplicar los conocimientos adquiridos y frecuentemente se estrella con un medio hostil, en el que su técnica académica no tiene cabida. Es por ello, que el actor-alumno necesita un ejercicio constante del oficio que está aprendiendo, para que, una vez egresado de la escuela, su formación sea tan completa en los aspectos teórico y práctico, que resista el enfrentamiento con el medio profesional.
De ahí, mi aplauso decidido a José Solé y a Héctor Azar, que se han propuesto dar a los alumnos foros y salas donde, bajo la vigilancia y dirección de sus maestros, puedan ejercitar lo aprendido en las aulas, no como mero estímulo, sino como complemento indispensable de su formación histriónica.