FICHA TÉCNICA
Título obra Alcoba nupcial
Autoría Jan de Hartog
Notas de autoría Ignacio Retes / traducción
Dirección Ignacio Retes
Elenco Aarón Hernán, Evangelina Elizondo
Espacios teatrales Teatro Xola
Notas En la crítica aparece el crédito del traductor, aunque la autora afirma lo contrario
Referencia Mara Reyes (seudónimo de Marcela del Río), “Diorama teatral. Alcoba nupcial”, en Diorama de la Cultura, supl. de Excélsior, 4 septiembre 1966, pp. 5 y 6.
TRANSCRIPCIÓN CON FORMATO
TRANSCRIPCIÓN CON FORMATO 2
imagen facsimilar
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Referencia Electrónica
Diorama de la Cultura, Excélsior
Columna Diorama Teatral
Alcoba nupcial
Mara Reyes
Teatro Xola. Autor, Jande Hartog. Traducción y dirección, Ignacio Retes. Escenografía (¿?) Reparto: Aarón Hernán y Evangelina Elizondo.
Se ha reabierto el Teatro Xola con la comedia Alcoba nupcial del autor holandés Jande Hartog, obra que no constituye una novedad, pues fue estrenada hace años por Rafael Banquells y Carmen Montejo. Se trata de una obra que pone a prueba la elasticidad interpretativa de los dos actores que toman parte en ella, pues si ya es difícil sostener la atención del público durante tres actos con sólo dos personajes, la dificultad es agravada por el hecho de que la acción transcurre a lo largo de sus vidas, es decir, desde la juventud –el día del matrimonio de una joven pareja hasta la vejez– cuando la pareja abandona la casa donde ha vivido toda su vida.
Escrita en un lenguaje cotidiano, que a veces cae en lo retórico y otras en lo melodramático, la comedia parece haber sido dedicada al espectador burgués que se identifica con las peripecias de los cónyuges, con sus pequeñas y grandes angustias, con sus incertidumbres, sus pesares y sus alegrías. El hecho de que el marido sea escritor es meramente ornamental, ya que la obra no plantea ningún problema de orden intelectual o ideológico. El protagonista podía haber tenido cualquier otra profesión y ni su mentalidad, ni la anécdota habrían sufrido ninguna alteración. El autor no hace una crítica, sino una condensación; trata el asunto más con afán descriptivo que analítico, no se detiene a recapacitar por qué es así la vida de la pareja, sólo que se limita a decir que así es, mientras deja adivinar que la ve casi como un paradigma de convivencia, ya que nunca hace caer a sus personajes en la tentación, con lo que les otorga una especie de heroicidad doméstica.
Ignacio Retes trató de expurgar la obra del meloso sentimentalismo, enderezando la acción hacia la ironía, no obstante, la melosidad se cuela por todos los poros del texto. Evangelina Elizondo hace un tour de force para saltar la barrera del recuerdo que dejara Carmen Montejo, y aunque tiene momentos bien logrados, hay cierta lisura en su actuación, como si no pudiera trasponer su determinado plano; como un bajo relieve qua no llega a ser escultura. Su trayectoria sube un poco allá, pero no consigue completar la forma total de la figura. Lo menos logrado de Evangelina Elizondo es su interpretación –en [p. 6] el último cuadro– de la vejez del personaje, y lo más perfilado, el segundo acto, cuando la mujer está en plena madurez. Aarón Hernán concilia eficazmente lo humorístico, con lo relamido de su personaje y se atiene dócilmente a la unidad caracterológica que el autor le fijó. Es un buen actor y lo demuestra a lo largo de toda la obra.
En el programa no aparecen los nombres del escenógrafo ni del traductor, y si bien la escenografía tiene licencias –pues tratándose de una comedia naturalista, el escenógrafo no se mantuvo dentro del estilo de la obra y resolvió la escenografía con decorados sugeridos– el buen gusto con que fue realizada dicha escenografía, justifica la licencia. En cambio, la traducción no comparte los mismos méritos. Olvidemos que la traducción correcta del título es Lecho nupcial y no Alcoba nupcial, pues esto es secundario, pero lo que sí es de vital importancia, es el uso de un lenguaje plagado de errores gramaticales. Había momentos en que me parecía estar escuchando en voz alta, los diálogos de la historieta de Educando a papá.