FICHA TÉCNICA
Título obra Cada noche muere Julieta
Autoría Federico S. Inclán
Dirección Xavier Rojas
Elenco José Gálvez, Graciela Nájera, Magda Donato, Fernando Luján, Manuel Zozaya, Reina Montes
Escenografía David Antón
Espacios teatrales Sala Chopin
Cómo citar Reyes, Mara (seudónimo de Marcela del Río). "[Cada noche muere Julieta]". Diorama de la Cultura, 1960. Reseña Histórica del Teatro en México 2.0-2.1. Sistema de información de la crítica teatral, <criticateatral2021.org>
TRANSCRIPCIÓN CON FORMATO
imagen facsimilar
Diorama de la Cultura, Excélsior
Columna Diorama Teatral
[Cada noche muere Julieta]
Mara Reyes
Cada noche muere Julieta. Sala Chopin. Autor, Federico Schroeder Inclán. Dirección, Xavier Rojas. Escenografía, David Antón. Reparto (por orden de aparición): José Gálvez, Graciela Nájera, Magda Donato, Fernando Luján, Manuel Zozaya y Reina Montes.
Indiscutiblemente una de las obras más cuajadas y valientes de Inclán es Cada noche muere Julieta. En ella desenmascara el sucio ambiente teatral, pintando y haciendo vivos los personajes más característicos que pululan en los escenarios del mundo entero. Desde el genial idealista, que lucha por un teatro limpio y la joven que ama el teatro y es capaz de una pasión que en un momento dado la ayuda a sostenerse en el nivel de la dignidad, hasta el empresario que patrocina bajo “condiciones” equívocas o la actriz que logra “colocarse” pasando por todos los “escalones” que es menester.
Hay escenas que son un verdadero alarde, como aquella en que en el tercer acto, el director inicia una reprimenda en contra de ese ambiente, en defensa de la pureza del teatro; mientras los dos interlocutores se burlan de él. Si Inclán hubiera puesto ese mismo discurso en labios de alguien al que se tomara absolutamente en serio, habría resultado una obra “panfletista”, demagógica, en cambio de esta manera, desarrolló un discurso en un tono de farsa trágica, que remata en un final de gran hondura humana. Otro de sus méritos es la enorme poesía que derrama la obra que al fin nos da a entender que todavía hay algo puro en el teatro.
La dirección de Rojas, sin ser tan demostrativa de un dominio escénico como lo son sus direcciones en teatro redondo, sí sabe hurgar en el carácter de sus personajes hasta hacerlos aparecer asombrosamente humanos.
De los trabajos de actuación sobresale en forma relevante José Gálvez, quien se reafirma como uno de los mejores actores del momento. La escena del “testamento” a que antes me he referido es una de las pruebas fehacientes de su capacidad de equilibrio, de fuerza dramática, sin contar con su excelente voz que le permite recorrer toda la escala de matices.
A buena altura también Graciela Nájera, demuestra ser una actriz con muchas posibilidades. Fernando Luján., aunque bajo de voz, logró destacar un papel que era de muy escaso lucimiento. Magda Donato y Manuel Zozaya, discretos. Reina Montes, hacía esperar más de ella y defraudó; sus recursos son escasos aunque susceptibles de educación, por lo pronto no pasa de ser una principiante con buena madera y buena figura.
La escenografía, sin rebuscamientos ni falsos trucos, es atinada.