El Heraldo de México   |   21 de diciembre de 1966

Columna Escenarios

La pastorela, teatro mexicano sin par

Armando de Maria y Campos

A partir de la primera posada hasta el día de Reyes el pueblo mexicano se ha entregado a una forma de teatro que le ha llegado a ser tan propia que no obstante que se presentan pastorelas en distintas partes del mundo, las mexicanas son como la esencia de la flor de su teatro destinado al pueblo en particular.

Este año, como los anteriores, se representan pastorelas reviviendo o conservando la tradición primitiva que arranca de Lucas Fernández, de Salamanca, España, [p. 5c] sacó por primera vez al teatro, a los escenarios de plazas, plazuelas, o atrios de las iglesias a los personajes clásicos de las pastorelas, género teatral que ahora, pastorela y teatro popular mexicano, vienen a ser una misma cosa.

Esta vez con la cooperación de las autoridades de la ciudad de México y de los Estados limítrofes, se representan pastorelas en los antiguos y nuevos barrios de la ciudad, pero ya no en los teatros propiamente como ocurrió durante el siglo XIX de preferencia.

Como otros años una de las más bellas interpretaciones de la pastorela es la que diariamente se ofrece al público, en el antiguo convento de Tepotzotlán, del más puro estilo barroco. Se usa la hostería, y uno de sus principales animadores es Jaime Saldívar. La pastorela de Tepotzotlán la produce el Teatro de México, bajo la dirección de José Solé y la musical de Luis Jimeno. El espacio es corto y esto nos obliga a ceñirnos a mencionar a los principales intérpretes que son Tomás González, Benjamín Manzo, Lourdes Canale, Lupe Rivas Cacho y Osbelia Hernández. El Departamento del Distrito Federal presentó a partir del domingo último el grupo coral poético Los Mascarones de la UNAM, en la calle de Héroes de Tacubaya.