FICHA TÉCNICA



Notas El autor hace un breve recorrido por la historia de la balada en Europa




Cómo citar Maria y Campos, Armando de. "Los baladistas del cine y la T.V. y el origen de las baladas". El Heraldo de México, 1966. Reseña Histórica del Teatro en México 2.0-2.1. Sistema de información de la crítica teatral, <criticateatral2021.org>



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El Heraldo de México   |   2 de julio de 1966

Columna Escenarios

Los baladistas del cine y la T.V. y el origen de las baladas

Armando de Maria y Campos

Es frecuente que cuando alguna figura, figurita, o figurón de nuestro cine se siente olvidado por los productores, que en este caso son los realizadores de las películas, se dediquen a baladistas. En realidad si no pudieran utilizar el micrófono no habría posibilidad de que fueran baladistas. La balada es un género musical que viene de muy lejos y cuya historia conviene contar porque cae dentro del marco de las actividades de nuestros adaptistas de teatro, de cine o de T.V.

La balada, inventada en el siglo XII por los trovadores provenzales, y conocida en Italia con el nombre de Canzone da ballo, estuvo primeramente destinada, como su nombre lo indica, para ser bailada, es decir para servir como música de baile. Llevando entonces los mismos rasgos característicos la ballate de los italianos, la balate de los castellanos y la balada de los provenzales que denotaban un origen común. Después se ha aplicado este nombre, de una manera vaga, a romances, canciones elegías, leyendas rimadas, que recuerdan, por la elección del asunto y la forma popular de la versificación, aquella primitiva poesía original y espontánea que ha producido las baladas inglesas y alemanas, tan diferentes de las españolas. En Inglaterra y Escocia las baladas se remontaban al tiempo de los bardos, tiempo en que los cantos transmitidos por vía oral eran un eco del acontecimiento heroico, de las tradiciones y de las creencias. En la Edad Media la devoción monástica le presta con frecuencia carácter religioso. Al terminar la conquista normanda, Robin Hood inspiró un sin fin de baladas que hicieron su nombre legendario. Del siglo XIII al XI, los trovadores reemplazaron a los bardos. Luego vienen las prolongadas luchas de fronteras entre Inglaterra y Escocia y las luchas contra Francia, terreno en que los poetas encontraron materia para sus versos. Estos versos de las literaturas nacionales habían sido olvidados cuando despertó en Europa entera el romanticismo, y con él el fervor por las obras sencillas y populares. La atención de los eruditos y el público culto se volvió sobre aquellas obras que no habían sido debidamente apreciadas, y el romanticismo fue, sobre todo en Inglaterra, una revelación de estos antiguos cantos. La balada ha servido de cuadro indeterminado para la imaginación, vaguedad y fantasía de todos los pueblos europeos. A fines del siglo XVIII nace la balada moderna (Bürger) en Alemania, que es un poema lírico más breve, ingenuo, trágico o prodigioso.

Como verá el lector que haya tenido paciencia para leer esta breve historia de la balada, no es fácil ser baladista de cabaret o de T.V.