FICHA TÉCNICA
Título obra ¡Libertad, libertad!
Autoría Mario Fernández y Flavio Rangel
Notas de autoría Margarita Mendoza López / traducción
Dirección Rafael López Miarnau
Elenco Emma Teresa Armendáriz, Augusto Benedico, Jorge del Campo
Notas de elenco Graciela Nájera, Nan Redi / solistas
Espacios teatrales Teatro Oriental
Cómo citar Maria y Campos, Armando de. "¡Libertad, libertad!, de Mario Fernández y Flavio Rangel, en el Teatro Oriental". El Heraldo de México, 1966. Reseña Histórica del Teatro en México 2.0-2.1. Sistema de información de la crítica teatral, <criticateatral2021.org>
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El Heraldo de México
| 4 de mayo de 1966
Columna Escenarios
¡Libertad, libertad!, de Mario Fernández y Flavio Rangel, en el Teatro Oriental
Armando de Maria y Campos
Para las nuevas fórmulas del teatro, de acuerdo con la época en que vivimos, sería necesario encontrar nuevos cronistas o que uno fuera tan poliédrico que pudiera saltar con agilidad de un género de teatro a otro. La pieza ¡Libertad, libertad! es un espectáculo que precisa de las tres paredes tradicionales del arte de representar comedias. Pero es un teatro distinto, que no se parece a otro. Desdeña fórmulas conocidas y reúne otras que lo hacen diferentes a todo lo que hasta ahora hemos visto. Va como un intento de opinión este comentario, por que la pieza merece mucho más.
Fue estrenada originalmente en Brasil, y de Brasil saltó a Nueva York, provocando un éxito de desconcierto.
¡Libertad, libertad! es una mezcla de protesta y de esperanza. El hombre nació libre pero las distintas fórmulas de su vida. A lo largo de los siglos, lo hacen cada vez menos libre. No puede sentir, no puede actuar, ni trabajar, ni amar sin que le marque su destino un gobernante que poco a poco se convierte en dictador. El hombre sigue preso de su anhelo de vivir por sí mismo su vida, y no lo logra. Caen los dictadores que ascendieron como amantes de la libertad, castigados por su propio pueblo, y aparecen otros. El mundo sigue su marcha y las dictaduras no llegan a degenerar en democracias. ¿Cuándo el hombre logrará ser libre? Todo se confabula contra él. Y él es un Prometeo encadenado que no puede liberarse de sus cadenas democráticas.
Esta pieza de teatro nuevo nos llega del Brasil y aquí, en México, se le introdujeron modificaciones, para que llegara mejor a nuestro público. El encuentro de este nuevo teatro nos pone delante la necesidad de decir la verdad, aunque venga de siglos atrás. Es una mezcla de erudición y de espectáculo propiamente dicho. ¿La erudición es indispensable? Se citan frases sobre la libertad a partir de los tiempos de Roma, y en seguida se escenifican. No queda fuera del texto frase importante alguna que defina la libertad. A la definición sigue el ejemplo con un aire de humorismo amargo que obliga al espectador a sentirse dentro de la tragedia que es la falta de libertad. Libertad, libertad, cuántos crímenes se han cometido en tu nombre y cuántos se seguirán cometiendo. El hombre no es libre porque el hombre no lo quiere, no obstante que haya llegado a la cúspide de la dictadura por los múltiples caminos de la democracia. Todo cuanto en la historia de la humanidad ha sido, pasa por la obra brasileña, cuyos autores nacieron en aquella república tan castigada por la esclavitud. Imposible en un simple comentario aludir a alguno de los treinta y tres ejemplos visibles. No cansa el desarrollo de la acción porque intervienen coros, y se canta, como en las antiguas operetas. Se protesta con humor y con energía. Al espectador se le deja lo demás.
El cronista se siente vestido hasta los pies de perdón por la imposibilidad de citar a cuantos intervienen en esta turbulenta y alegre acción. Pero no puede omitir el nombre de la traductora, Margarita Mendoza López y de sus principales intérpretes, Emma Teresa Armendáriz, Augusto Benedico y Jorge del Campo, y como solistas a Graciela Nájera y a Nan Redi, esta última de color. Dirigió la obra Rafael López Miarnau, y supo darle agilidad a la acción muchas veces estática, utilizando al coro, indispensable esta vez porque es el pueblo con sobriedad y buen gusto.
Lector: si usted quiere definirse y saber lo que sufre y por lo que se muere acuda usted a ver esta pieza, canto de siglos del hombre que desea la libertad como aire indispensable que alimente los pulmones de su democracia. Verá usted una pieza de teatro diferente, y esto no ocurre sino cuando en ella se reúnen elementos que están pidiendo su voz en la escena desde hace siglos.