El Heraldo de México   |   27 de noviembre de 1965

Columna Escenarios

Cita a los 25 años, de Alfonso Paso, en el Teatro de Los Insurgentes

Armando de Maria y Campos

En léxico teatral es axioma que lo que importa de una pieza no es lo que pasa en escena sino cómo pasa. En las obras de Alfonso Paso es al revés; es necesario estar pendiente de lo que pasa, porque el cómo pasa es lo de menos de acuerdo con el modo de hacer de los autores cómicos que hacen lo que se les da la gana para lograr sus situaciones, echando mano de cualquier recurso para lograr el efecto teatral previsto. En esto Alfonso Paso es un maestro. Hace con una situación de cualquier índole lo que quiere, y lo hace bien. En Cita a los 25 Años utiliza un tema al parecer insignificante. Durante un cuarto de siglo una madre anormal solo se preocupa de su hijo; su marido no cuenta... ni resta, ni suma, ni multiplica. A los 25 años de casados, ella se da cuenta de que el hijo se ha convertido en hombre, y que hasta está a punto de ser padre. Su mundo se le derrumba entonces, sólo entonces vuelve a su marido en una cita de amor sólido, a los 25 años de casados.

Bella, frívola y encantadora comedia. Burla burlando el autor dice en cómico cosas muy serias. Dice muchas hasta llenar tres horas de espectáculo. Para realizar este alarde de diálogo gracioso y sólido precisa ser un autor que sabe construir comedias y entretener a su público.

Alfonso Paso ha llegado estos días a sus cien estrenos. ¡Qué fácil es decirlo y qué difícil es lograrlo! Alfonso Paso tiene treinta y nueve años de edad. Si continúa como va, muy pronto abatirá la plusmarca de Lope de Vega. En Madrid el primer centenario de obras de Paso ha sido celebrado con júbilo. Ya se le discute menos casi no se le discute. En centésima obra Paso ha participado como actor. Paso es un hombre de teatro poliédrico, como nuestro Luis Basurto...

En Cita a los 25 Años interviene Carmen Montejo que rinde una labor maestra. Esta vez como actriz cómica. No se puede llegar a más en este modo de hacer teatro cómico en serio. Le da la réplica Rafael Banquells, pero con aristas menos agudas. Fernando Luján rinde una labor fina y cómica de honda sensibilidad y palpable talento. Carmen Salas logra una sirvienta pintoresca, divertidísima. Las jóvenes actrices Dina de Marco y Jacqueline Andere cumplen, y cumplir con Paso ya es bastante.