FICHA TÉCNICA



Título obra Las costumbres de antaño

Autoría Manuel Eduardo de Gorostiza

Dirección Héctor Mendoza

Elenco Juan José Arreola, Yolanda Barragán

Espacios teatrales Teatro de la Secretaría de Recursos Hidráulicos




Título obra Clotilde en su casa

Autoría Jorge Ibargüengoitia

Dirección Álvaro Custodio

Elenco Manolita Saval, Óscar Ortíz de Pinedo

Espacios teatrales Teatro La Rotonda




Cómo citar Solana, Rafael. "Las costumbres de antaño de Manuel Eduardo de Gorostiza, dirige Héctor Mendoza". Siempre!, 1955. Reseña Histórica del Teatro en México 2.0-2.1. Sistema de información de la crítica teatral, <criticateatral2021.org>



TRANSCRIPCIÓN CON FORMATO

Siempre!   |   2 de noviembre de 1955

Columna Teatro

Las costumbres de antaño de Manuel Eduardo de Gorostiza, dirige Héctor Mendoza

Rafael Solana

Es muy encomiable la labor en favor del buen teatro que viene haciendo, desde hace años, la Universidad Nacional Autónoma, y que ha ido extendiéndose en la proporción en que el gusto por el espectáculo teatral crece en la ciudad de México.

La Universidad, que ya tuvo desde hace veinte años sus cátedras de teatro (el profesor era Fernando Wagner) y que montó en tiempos ya lejanos, en Bellas Artes, Peribáñez y el Comendador de Ocaña, de Lope de Vega, con Rodolfo Landa y Carmen Toscano; Intriga y amor, de Schiller; Las troyanas de Eurípides (con Isabela Corona); Anfitrión 38 (Isabela y Landa, y también Riquelme); Los caciques, de Azuela, y, en el pequeño teatro de Orientación, que estaba dentro del edificio de la Secretaria de Educación, muchas cosas más (Molière, Evreinoff, Sacha Guitry, Wilde, y, en Inglés, Riders to the Sea, con Carmen Toscano y otros actores angloparlantes), y que más recientemente en el teatro del Seguro Social ha resucitado a Sófocles (con Petrone y Hortensia Santoveña, sin mucha fortuna) y ha tratado de desempolvar a Pirandello (los Seis personajes), y presentado a Kafka (El proceso), y que el año pasado hizo una pequeña temporada en el teatro de la Posada del Sol, con estudiantes como actores y directores, ahora está llevando adelante en el Teatro de la Secretaría de Recursos Hidráulicos una interesantísima corta temporada, en la que las dos primeras obras han sido representadas felicísimamente; ya mencionamos aquí Biografía, que dirigió Pilar Souza, y ahora nos toca hablar de Las costumbres de antaño(1), que montó el brillante joven autor y ahora director que promete, Héctor Mendoza.

La pequeña pieza, en un acto, de don Manuel Eduardo de Gorostiza, en sueltos y graciosos versos, es una joyita de fresco humor, inocente y amable, que no desmerece de las comedias de Moratín, ni aun de las de Goldoni; y Héctor Mendoza, con un cumplido cuadro de actores universitarios, supo mantener en ella esa gracia, encontrando un justo equilibrio entre lo que pudo haber sido irónica frialdad y lo que habría podido ser burda farsa; Mendoza, que ya demostró su gran talento de autor, al obtener un premio “Juan Ruiz de Alarcón” por la mejor comedia mexicana de 1953 (Las cosas simples) ahora nos enseña que tiene también muy buen gusto como director, y una sólida cultura, y un feliz sentido del ritmo escénico, y muchas otras virtudes que pueden llevarlo a ser un buen realizador teatral, algo que en México hace falta, pues por la carencia de directores bien preparados hay en la dirección teatral mucho rastacuerismo, y también una desproporcionada invasión de quebradizos talentos extranjeros, en los que pronto ha descubierto el público más gofir que oro puro.

En la interpretación de Las costumbres de antaño o La pesadilla, sobresalieron Juan José Arreola, que se mantuvo todo el tiempo dentro de su personaje, sin tropezar, y la linda Yolanda Barragán, que tiene facultades físicas y voz para el teatro. Las funciones a teatro lleno, y con aplausos entusiastas, fueron un éxito completo.

Clotilde en su casa de Jorge Ibargüengoitia, dirige Álvaro Custodio

La comedia de Jorge Ibargüengoitia(2) que escogió Álvaro Custodio para la Rotonda es magnífica; es cierto que se trata de un vodevil, que no es propia para monjas, y hasta, si nos apuran, que es un tanto desvergonzada y cínica; pero no es verdad que haga “la apología del adulterio”, como por allí se dijo; presenta un caso de adulterio, y lo resuelve sin sangre; es decir, preconiza el perdón y el olvido cristianos; recordemos que el propio Cristo, en vez de apedrear a la mujer adúltera, como querían los fariseos, o como habría aprobado Fernández Bustamante, la perdonó, que es lo que hace con su Clotilde el joven autor Ibargüengoitia. Si la matara, si la ahogara en sangre, como Otelo o como los personajes de Calderón de la Barca, entonces su obra sería una incitación al crimen, una apología del uxoricidio y entonces sí que habría derecho a prohibirla, porque contendría la incitación de un delito.

Esta muy graciosamente escrita, con ingenio, con ligereza; hasta podría llegar a decirse que es más amena que La pequeña choza y que Nina, que trata del mismo asunto. Y además tiene un magnífico sabor mexicano, es una hermosa comedia; aunque de acuerdo en eso con la Oficina de Espectáculos, dista mucho de ser clase A, de ser una lección de buenas costumbres, o de ser lo más indicado para que lo escojan como su obrita de fin de año las alumnas del Divino Verbo.

Pero de todos modos, oiga usted... ¡tampoco es Desnúdese señora, que con la bendición de la autoridades del público, anda arañando ya el medio millar de representaciones!


Notas

1. La obra se presentó del 10 al 16 de octubre. Currículum de Héctor Mendoza A: Vertical, CITRU, INBA.
2. La obra se estrenó el 21 de octubre con Manolita Saval (que también era la empresaria) y Óscar Ortiz de Pinedo. Armando de Maria y Campos, 21 años de crónica teatral en México, 1944-1965, 2 vols. México, INBA-IPN, crónica del 1º de noviembre de 1955.