FICHA TÉCNICA



Título obra Atentado al pudor

Autoría Carlos Prieto

Dirección Ignacio Retes

Elenco José Ignacio Retes, Amado Zumaya, Consuelito Frank

Espacios teatrales Teatro Colón

Productores Iracheta y Consuelo




Cómo citar Solana, Rafael. "Atentado al pudor de Carlos Prieto, dirige Ignacio Retes". Siempre!, 1953. Reseña Histórica del Teatro en México 2.0-2.1. Sistema de información de la crítica teatral, <criticateatral2021.org>



TRANSCRIPCIÓN CON FORMATO

Siempre!   |   1 de agosto de 1953

Columna Teatro

Atentado al pudor de Carlos Prieto, dirige Ignacio Retes

Rafael Solana

Lo único que el Güero Fernández Bustamante defendía, era el principio de autoridad. Iracheta y Consuelo habían abierto sin licencia, y sin llenar los requisitos de ley para abrir un teatro; por eso don Adolfo (el chico) lo mandó cerrar; pero llenar esas condiciones no era muy difícil, las llenaron, y el teatro se volvió a abrir.

Se trataba solamente de comprar unas mangueras para incendios, de condenar la galería y de darles una manita de gato a los camerinos, que estaban, como casi todos los demás camerinos de México, de dar horror.

Pero la cosa salió tan bien, que hasta parece calculada. La primera semana de teatro es siempre la de peores entradas, porque a la gente ya le ha dado por esperarse a conocer opiniones y a leer críticas; antes era al contrario, se precipitaba el público a conocer los estrenos, y en cuanto se perdía la novedad los abandonaba. ¡Qué cosa tan extraña! Ahora no van a los estrenos más que los invitados, y unos cuantos curiosos, y la gente común y corriente espera hasta saber de qué se trata.

Esa primera semana de entradas flojísimas y los mismos gastos, ya la dejaron pasar Iracheta y Consuelo sin entradas, pero sin gastos. Y ahora abren cuando ya se corrió la voz de lo buena que es la obra y de lo bien que está toda la compañía; ahora deben venir las semanas segunda, tercera, cuarta, que son buenas. Y si la cosa aguanta, luego la quinta, la sexta, la obra enfilará, como sin duda merece, hacia el centenario.

La comedia es magnífica, a pesar de la falta de novedad de su asunto, que tiene reminiscencias de El color de nuestra piel, de Casandra, de Rosalba y los llaveros, y, sobre todo, de La culta dama; es tan parecida en su traza a esta última pieza, que cuando se estrenó ese engendro en Bellas Artes, hace un par de años, Carlos Prieto demandó a Novo por plagio, y la cosa tuvo que ser dirimida por una comisión de la Unión Nacional de Autores, comisión que integraban Rodolfo Usigli, Celestino Gorostiza y Luis G. Basurto.

Y sí se parecen las dos piezas, pero como un águila puede parecerse a un chichicuilote: en que tiene alas, y patas y pico. La de Carlos Prieto es una obra llena de gracia, de ingenio, de picardía, de ligereza, de humor, de movimiento, y la de Novo era... lo que ustedes recuerdan que era. Tan insulsa, tan melodramática y tan boba, que nadie creyó que fuese hija del autor de tantas recetas de cocina tan ingeniosas.

El público aclamó la noche del estreno(1) al autor, con vítores apasionados, porque en Carlos Prieto ha surgido un nuevo cultivador del género satírico, admirablemente dotado para esa misión. Tiene un talento natural asombroso para la creación de caracteres, y sobre todo, una fluidez de diálogo que en un dramaturgo es tesoro. Cuando ataque temas menos socorridos que el que le sirvió de mero pretexto para su torrente de frases (algunas hechas) que es Atentado al pudor, escribirá obras maestras.

Con esa pieza conquista el triunfo de actuación más brillante de toda su carrera, el director y artista José Ignacio Retes, que no hace sino ponerse un traje muy bien cortado; el personaje del licenciado Gumersindo es el retrato del autor, como en La culta dama lo era la chismosa Carmen a quien interpretaba Emperatriz Carbajal. Prieto puso en ese personaje vida y fuego y Retes se ha identificado con él y lo saca admirablemente. Al lado de ese personaje, todos los otros palidecen. Está, sin embargo, muy bien trazado y muy bien escrito, el que le hace contrapeso, el del otro licenciado, que interpreta, también muy bien, el actor Amado Zumaya, las escenas de esos dos abogados son teatro de la mejor calidad.

Consuelito Frank se repartió un papel pobre; pero se acogió a una escena para demostrar que ella vale, y que su regreso a las tablas es un acontecimiento venturoso para nuestra vida teatral; ella tiene gracia, belleza y, ahora, a pesar de los muchos años que estuvo retirada en su finca rústica, experiencia. Su nombre y sus talentos, muchos mayores ahora que cuando era damita joven de las Blanch, deberán ser aprovechadas.

Atentado al pudor es un nuevo franco triunfo del teatro mexicano, que en el Ideal se ha anotado otro muy brillante con la triunfal reposición de El vendedor de muñecas, de don Nemesio García Naranjo, obra que cada día gusta más y atrae mayor público.


Notas

1. 18 de Julio en el teatro Colón. P. de m. A: Biblioteca de las Artes.