FICHA TÉCNICA



Título obra Light

Notas de autoría Torgny Lindgren / autor de la novela homónima

Dirección Simon McBurney

Grupos y Compañías Theatre de Complicité

Espacios teatrales Almeida Theatre




Cómo citar Obregón, Rodolfo. "Epílogos del teatro del siglo XX (V y último)". Proceso, 2001. Reseña Histórica del Teatro en México 2.0-2.1. Sistema de información de la crítica teatral, <criticateatral2021.org>



TRANSCRIPCIÓN CON FORMATO

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Proceso

Columna Teatro

Epílogos del teatro del siglo XX (V y último)

Rodolfo Obregón

El paisaje del teatro neoyorquino, descrito en nuestra entrega anterior, no difiere mucho de aquello que sucede en Londres en los albores del siglo XXI. En el caso del teatro inglés, entre su exitoso West-End y sus siempre riesgosos cuchitriles (como en La gruta del Helénico o en el East Village, uno entra a sabiendas que verá un espectáculo de jóvenes prometedores o cualquier atrocidad) se alzan las moles de concreto del National Theatre.

En fuerte descrédito actualmente, el Teatro Nacional Inglés, con sus múltiples salas y producciones, apuesta por una interpretación “moderna” de los grandes clásicos que se ha vuelto ya profundamente convencional: la sustitución mecánica del contexto espacial o temporal (hoy día, Peer Gynt recorre África).

Algunas otras instancias, con presupuestos infinitamente menores, realizan parte de sus funciones morales: desafiantes interpretaciones de los grandes clásicos, excelencia y riesgo en la puesta en escena de autores contemporáneos, descubrimiento y presentación de la nueva dramaturgia inglesa, confrontación con el gran teatro del mundo.

Entre estas opciones, sobresale la brillante gestión del Almeida Theatre, cuya dirección artística ha hecho del cambio y la renovación una bandera de subsistencia. A unos meses de cerrar (durante un año) su sede principal, el Almeida ha presentado en temporada de localidades agotadas la última producción del Theatre de Complicité (así en francés), según la revista Time Out, “un fenómeno sin parangón en nuestro territorio”.

En efecto, la compañía fundada y dirigida por Simon McBurney carece de comparaciones pues, desde una independencia administrativa, ha logrado construir una identidad, una ética y un singular lenguaje estético de los que carece incluso la eficientísima pero aséptica Royal Shakespeare Company.

Con formación académica en Cambridge y entrenamiento en la escuela de Jacques Lecoq, McBurney sorprendió al conservador mundillo teatral con la realización de un espectáculo en una estación abandonada del Tube londinense. De la mano de Complicité (fundada en 1983), ha recorrido la legua con su interpretación de Las sillas de Ionesco, El círculo de tiza caucasiano (representado en el Berliner para celebrar al centenario Brecht) y, ante todo, con sus creaciones originales: The Street of Crocodiles, sobre escritos de Bruno Schulz, y Mnemonic, que intercala textos científicos y reflexiones sobre la memoria con el descubrimiento de un hombre congelado en un glaciar por más de 5,000 años.

Su obra más reciente, Light, es una adaptación de la novela del sueco Torgny Lindgren, en la cual una enfermedad venida del exterior reduce la población de una remota aldea a 6 sobrevivientes. Por contraste, los conejos se reproducen hasta constituir una auténtica plaga. Una primera matanza de conejos pone de manifiesto la atmósfera apocalíptica del lugar donde ya nadie logra recordar lo que es correcto. El regreso de esa mínima población a actitudes de brutalidad primitiva, remite a un nórdico Lord of the flies.

Una plataforma de burda madera da cuenta del entorno rural y el abandono. Sobre ese espacio vacío, el conjunto actoral crea situaciones, lugares y relaciones con la ayuda de unos muñecos (casi momias), que sugieren la condición infantil y, al mismo tiempo, mortuoria de los lugareños. El empleo preciso de algunos objetos, así como de los tablones (que se utilizan como mesas, ataúdes, paredes, etc.), da pie a una puesta en escena sustentada en el manejo depurado de las convenciones.

Con momentos que denotan una imaginación luminosa y magníficos golpes de teatralidad (como el narrador que acompaña, micrófono en mano, toda la primera parte de la historia y se incorpora a ella como el juez venido de fuera), la opresiva atmósfera de la obra encuentra un eco definitivo en la fuerza actoral de todos y cada uno de los actores.

Frente a la vacuidad de la industria del espectáculo y el anquilosamiento de las grandes instituciones, el Theatre de Complicité enfatiza, al comenzar el nuevo siglo, la indispensable comunidad en la creación de un discurso estético; recuerda a los escépticos liberales que, sobre el escenario, el hecho poético es siempre tarea de cómplices.