Proceso
Columna Teatro
Segundo Encuentro Internacional de Teatro del Cuerpo
Rodolfo Obregón
Por segundo año consecutivo, a iniciativa de Teatro Línea de Sombra, y con el apoyo organizativo de la Coordinación de Teatro del INBA, se lleva a cabo en nuestro país un encuentro de pedagogía y confrontación teatral que reúne a especialistas de diversas nacionalidades con teatreros de varios estados de la República.
En 1998, año de múltiples celebraciones centenarias en el ámbito escénico, Alicia Laguna y Jorge Arturo Vargas honraron la memoria de su maestro Etienne Decroux y organizaron en Querétaro una serie de talleres impartidos por seguidores de las enseñanzas del formulador de la “mima corpórea”, provenientes de Canadá, Inglaterra y los Estados Unidos. Los maestros invitados pudieron además predicar con el ejemplo, pues los espectáculos de Omnibus, L’ange fou y Daniel Stein, fueron presentados tanto en la colonial sede de los ocasos borgianos como en el Distrito Federal.
A principios de junio de este año, dio inicio el Segundo encuentro... con el taller y la presentación del espectáculo de Yoshi Oida comentado en estas páginas. La agenda del actor japonés no le permitió convivir en simultaneidad con el resto del Encuentro que se llevó a cabo del 29 de agosto al 10 de septiembre en tierras hidrocálidas gracias a la ya proverbial generosidad del Instituto Cultural de Aguascalientes.
Bajo el subtítulo de “Voz, gesto y movimiento”, esta segunda reunión amplió los horizontes geográficos y expresivos de los teatristas nacionales con la presencia de Kozana Lucca, miembro desde hace treinta años del Roy Hart Theatre –compañía de origen inglés afincada en Francia–; Robert Dion y Jacqueline Gosselin, integrantes del canadiense Dynamo Tèâthre; y Piotr Tomaszuk y Adam Woronowicz, director y actor del grupo polaco Wierszalin Teatr.
En esta ocasión sólo podremos comprobar sobre la escena la línea de trabajo de Dynamo, que el mes próximo dará algunas funciones en Aguascalientes y el Distrito Federal. Para suplir esta ausencia, Alicia Laguna programó el pasado fin de semana una presentación, a manera de clase abierta, para mostrar los resultados de los talleres que reunieron a actores y directores de la capital y quince estados del país.
La muestra resultó francamente entusiasmante pues expuso, en la carne viva de los hacedores del teatro nacional, algunas de las infinitas vías de la creación teatral y la necesaria exploración de los múltiples lenguajes que conforman el hecho escénico.
Si el Primer Encuentro... puso el énfasis en la hipotética autonomía del lenguaje corporal, la muestra de Aguascalientes afirmó, a través del trabajo del Roy Hart, la inmensa gama expresiva de la voz humana, su profunda relación con el cuerpo del actor y, sobre todo, su uso como medio de conocimiento de la emotividad y su capacidad para desencadenarla.
A partir también del sentido del juego, el trabajo de Dynamo subraya el atractivo espectacular de las relaciones corporales, la acrobacia disfrazada y la fascinante narración que se desarrolla inevitablemente cuando dos cuerpos se encuentran en el espacio.
Con una estética claramente polaca y un ejercicio “tradicional” del teatro, Wierszalin presentó un montaje, hecho en dos semanas, a partir de fragmentos de El príncipe constante. El rigor de esta escenificación, con notables hallazgos estilísticos, puso de manifiesto, a manera de contraste, el lado doloroso de la creación. El teatro, sí, es un juego; pero un juego que debe ser tomado muy en serio.
La veraniega ventana al mundo que la iniciativa de Alicia y Jorge nos ofrece, señala la necesidad de creación de grupos de investigación activa en nuestro país, que enriquezcan con el desarrollo de su lenguaje a un teatro necesariamente más ecléctico y pragmático, pero fundado en la convivencia plena y el rico intercambio entre sus múltiples sistemas de significación.