FICHA TÉCNICA



Título obra Corona de sombra

Autoría Rodolfo Usigli

Grupos y Compañías Teatro del Nuevo Mundo

Elenco Julio Villarreal, Alberto Galán, Francisco Jambrina, José Baviera, Josette Simó, Pilar Crespo (Pin), Fernando Torres, Carlos Riquelme, Torres L. Juan José Arreola, José Matínez de Hoyos

Espacios teatrales Teatro Arbeu

Eventos Única presentación 11 de abril de 1946

Notas El autor publica y comenta los fragmentos del intercambio epistolar entre George Bernard Shaw y Rodoflo Usigli con motivo de la obra Corona de sombra




Cómo citar Maria y Campos, Armando de. "Corona de espinas para el autor de Corona de sombra". Novedades, 1946. Reseña Histórica del Teatro en México 2.0-2.1. Sistema de información de la crítica teatral, <criticateatral2021.org>



TRANSCRIPCIÓN CON FORMATO

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Columna El Teatro

Corona de espinas para el autor de Corona de sombra

Armando de Maria y Campos

Escrita en cinco días –México, D.F., sept. 22-27, 1943–, publicada en Cuadernos Americanos en su número 6, noviembre-diciembre de ese mismo año, Corona de sombra, pieza antihistórica en tres actos y once escenas por Rodolfo Usigli, ha sido representada una sola noche sobre el escenario del Teatro Arbeu, por la compañía del Teatro del Nuevo Mundo, el 11 de abril de 1946, por cierto ante muy reducido auditorio, en su mayoría integrado por "gente de teatro", que escuchó con creciente interés y aplaudió con encendido entusiasmo la gran pieza dramática del insigne autor mexicano.

Autor, director, empresario, Rodolfo Usigli logró presentar su pieza con indudable decoro, reuniendo un grupo de excelentes veteranos actores –Villarreal, Galán, Jambrina, Baviera– y de magníficos elementos procedentes de los teatros experimentales y de los estudios cinematográficos, como Jossette Simó, Pin Crespo, Fernando Torres, Carlos Riquelme, Torres L., Arreola, Martínez de Hoyos, etc.

La representación de Corona de sombra ha sido como una corona de espinas para su autor, quien, con motivo de su magnífica pieza, ha sido protagonista de "un episodio en la vida larga y colmada de George Bernard Shaw", que para él, Usigli, y para todos los mexicanos es "la ejemplaridad del genio absoluto, del hombre honrado y del caballero", que es GBS. "Lo demás –como afirma RU–, son las discusiones tan barrocas como apasionadas, entre amigos y enemigos míos para definir si Shaw me llamó genio o quiso decir que tengo genio. Yo estoy tranquilo porque sé que lo tengo... malo. ¡Lo demás es silencio!"

No. El coronado de espinas y justicia, autor de Corona de sombra, no merece el silencio. La gran pieza de Teatro del Nuevo Mundo ha merecido un certero juicio de GBS. Es justo que el gran público conozca, por lo menos, el diálogo epistolar entre RU y GBS. Hallándose Usigli en Londres escribió a Shaw: "Ha sido una gran desilusión saber que no tendré oportunidad de verlo. No había expectación académica o turística alguna de conocer al famoso monstruo en mi deseo de ver a usted. En realidad quería pedirle su consejo en forma profesional, debido a la gran admiración que tengo por su obra. Soy un dramaturgo en un desierto; en catorce años he escrito unas dieciocho obras, cinco o seis de las cuales han sido representadas, en las condiciones peculiarmente negativas que prevalecen en México, y cuatro editadas. Por otra parte tengo treinta y nueve años y no encuentro en mi propio país a nadie cuya obra pueda exigir mi respeto. En una forma sutilmente peyorativa, los críticos mexicanos han asociado mi nombre al de usted, desviados, sin duda, porque la mayor parte de mis piezas están precedidas o seguidas, por extensos ensayos sobre cuestiones sociológicas, políticas e históricas más o menos consistentes con los temas de aquéllas. Esto lo practicaron también Molière, Racine, Víctor Hugo y otros autores más nuevos y más viejos; pero yo reconozco gustosamente que fue leyendo las piezas de usted como descubrí la necesidad de escribir prólogos y epílogos. Después de todo, el teatro no parece ser un arte sino como resultado de la hábil combinación de muchos elementos inartísticos, exceptuando, por supuesto, el impulso. De un modo o de otro, me siento confundido a la vez que me encuentro al principio de la carrera más larga y difícil que pueda elegir un hombre. Naturalmente, no he hecho mucho dinero con mis piezas, y aunque el dinero es importante, me he arreglado hasta para vivir hasta ahora sin usar del teatro como un medio definido de sustento. Me perturba mucho el hecho de que, hasta este momento, carezco de competidores serios en mi país. Todo esto me ha llevado a creer que una conversación con usted resultaría altamente estimulante, porque tengo ideas para cincuenta piezas más, que sería lástima no escribir. Ocurre que me desagradan enormemente todas las formas de suicidio, y, cosa curiosa, temo estar a punto de suicidarme como autor dramático. No es cuestión de éxito, porque lo he alcanzado en la medida de las posibilidades mexicanas, ni es cuestión de ser bueno, porque puedo decir que lo soy; pero me siento fatigado e inerte, y un poco aturdido, y tengo sospechas de que necesito un buen, pero bien razonado regaño. Como el mayor dramaturgo viviente –y el único a quien podría yo confesar tanto– ¿se interesaría usted por la tarea? Estaré todavía unos días en Londres" (20 de noviembre de 1944).

G. Bernard Shaw recibió a Usigli en su retiro, entrevista larga –Cuadernos de México, núms. 6 de 1946 y 1 de 1947–, durante la que RU entregó su pieza Corona de sombra a GBS. Hubo incidentes, pero al final el autor mexicano fue coronado de justicia por el genial irlandés. GBS escribió a RU la siguiente carta: "En realidad no tengo nada que decir. Si alguna vez necesita usted un certificado irlandés de vocación como poeta dramático, yo lo firmaré. Cuando iba a la mitad de la obra, me vino el final a la cabeza, todo hecho exactamente como llegó a la de usted. Sólo que Maximiliano era visible con el pelotón de fusilamiento, y la descarga se oía "después" de la lenta caída del telón. Si la representación toma demasiado tiempo, podría omitirse la escena del alienista, ya que el estado mental de Carlota está suficientemente planteado sin ella. Pero vale la pena hacerla por sí misma si hay tiempo para ello. La pieza es tragedia pura de principio a fin pero nunca pomposa ni cansada. La tragedia inglesa está siempre adulterada por la comedia como esos dulces blanco y negro que los niños llaman ojos de buey; pero esta tragedia mexicana es enteramente homogénea, noble a través de toda su variedad y novedad. México puede matarlo a usted de hambre, pero no puede negar su genio. – G. Bernard Shaw."

Usigli dio las gracias a Shaw: "Al fin ha venido la palabra desde fuera de mí, la palabra con que soñé de niño, cuando era exactamente lo que soy ahora –porque así lo quería– y cuando se agitaban contínuamente en mi cabeza cosas no expresadas. Y la palabra ha venido de usted. Realmente es más de lo que podía esperar, así que muchas gracias."

Ahora, todo se confabuló para que la escenificación de Corona de sombra no fuera éxito. Coronado de justicia, el autor ha merecido en su patria corona de espinas. "Lo demás es silencio."