FICHA TÉCNICA
Título obra El bosque petrificado
Autoría Robert E. Sherwood
Dirección José de Jesús Aceves
Grupos y Compañías Grupo Proa
Elenco Luis Beristáin, Héctor López Portillo, Tana Lynn, Gabriela Peréz
Escenografía Julio Castellanos, José Antonio Domínguez, Roberto Garay
Iluminación Julio Castellanos
Espacios teatrales Salón de espectáculos del Palacio de Bellas Artes
Eventos 5a. temporada del Grupo Proa
Cómo citar Maria y Campos, Armando de. "Estreno de El bosque petrificado, del norteamericano Sherwood,en la 5a. temporada del Grupo Proa". Novedades, 1946. Reseña Histórica del Teatro en México 2.0-2.1. Sistema de información de la crítica teatral, <criticateatral2021.org>
TRANSCRIPCIÓN CON FORMATO
Novedades
Columna El Teatro
Estreno de El bosque petrificado, del norteamericano Sherwood,en la 5a. temporada del Grupo Proa
Armando de Maria y Campos
"Bajo el patrocinio de la Secretaría de Educación Pública y del Gobierno del Distrito Federal", asegura el prospecto anunciador de una breve temporada –dos obras, cuatro funciones–, el antiguo Grupo Proa –un director en busca de aficionados que deseen ser actores, o al revés: varios aficionados a convertirse en actores en busca de un director– estrenó en el salón de espectáculos del Palacio de las Bellas Artes, los 2 actos de Robert E. Sherwood que forman su extraña pieza El bosque petrificado, a través de una traducción de origen argentino, y anuncia el refrendo escénico del drama de Ibsen Espectros, desde hace muchos años estimado como pieza de museo teatral.
Del grupo Teatro de Autores Mexicanos que en unión de otro compañero preparatoriano fundara en 1940 José de Jesús Aceves, director del conjunto ahora convertido en Compañía de Arte Dramático, no quedó ni sombra. Volviendo a empezar, Aceves presentó en 1942 obras breves de Vildrac, Jarnés, Basurto y Báez, creo que más que nada interesado en hallar actores, que en obtener éxito presentando obras como el Cardenio, de Jarnés o El paquebot tenacidad, de Vildrac, curiosidades escénicas. Las de los mexicanos Basurto y Báez –Voz como sangre y Ausentes, fueron otras tantas efemérides de nuestro desorientado teatro nacional.
Mejor pertrechado de actores, Aceves cuajó otra temporada más ambiciosa: Sor Juana Inés de la Cruz –sí, aunque parezca increíble–, Abreu Gómez, Attolini, María Luisa Algarra, del lado del teatro mexicano, y D'Annunzio, G.B. Shaw, Andreiev, para citar a los más conocidos del gran público, entre los extranjeros. Todos cuantos elementos jóvenes desean abrirse paso entre las sombras del cine nacional, o han brillado momentáneamente, desfilaron por las cuatro temporadas del Grupo Proa, anteriores a ésta. La lista sería interminable y daría a estos párrafos la apariencia de una gacetilla de cualquier empresa cinematográfica. Todos pasaron rumbo a los estudios cinematográficos, deteniéndose, si podían, en otros grupos de teatro experimental, también antesalas del cine nacional. De toda la diversa arcilla humana que ha pasado por los dedos de buena voluntad de Aceves, han tomado forma el galán Luis Beristáin y el hasta ahora primer actor del persistente Grupo Proa, Héctor López Portillo, el mejor intérprete, con la bella Tana Lynn, y la señorita Peré del melodrama de Sherwood, que entretiene como una película del oeste.
Un público formado por quienes únicamente acuden a funciones de índole no, o semi, profesional siguió con interés el desarrollo de la representación de El bosque petrificado, empeñado en encontrar en los elementos del numeroso reparto aquellas condiciones que les permitirán seguir la acibarada carrera de la escena o la fácil, deslumbrante, y tan breve, de las películas nacionales. En general, salió satisfecho; la señorita Lynn puede ser una excelente actriz. López Portillo continúa madurando en excelente comediante. La representación, hecha de memoria, sin apuntador, se desarrolló con el ritmo acelerado que supone dar la impresión de lo bien aprendido. Y como la traducción es bien mediocre, se perdieron no pocos matices de la bella, bien construida, emocionante pieza de Sherwood.
La escenografía, así como la iluminación, seguramente bajo la responsabilidad de Julio Castellanos, excelente. En los prospectos figuran también como escenógrafos José Antonio Domínguez y Roberto Garay. No les regateamos el mérito que les corresponda. También figura un director musical que no percibió cómo la mayoría de los actores perdían el tono, o lo cambiaban, es decir, desentonaban musicalmente. En el Consejo del Grupo Proa halla el cronista nombres de escritores y artistas que han aceptado orientar al director Aceves en sus próximas temporadas. Ninguno de ellos puede haber sugerido la reposición de Espectros, en vez del estreno de una obra más de acuerdo con los propósitos experimentales del grupo, obra que servirá, y ello puede justificar su representación, para afirmar la calidad de actor que hay en el joven López Portillo.
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