FICHA TÉCNICA



Notas Espectáculos de la semana




Notas Temporada de Ópera Nacional




Título obra La mujer del César

Autoría William Somerset Maugham

Notas de autoría Carlos Barrera / traducción

Dirección Andrés Soler

Grupos y Compañías Asociación Civil Teatro de México

Elenco Clementina Otero, Luis Beristáin, Isabel Sánchez Peral (Isabelita)

Espacios teatrales Teatro Virginia Fábregas




Cómo citar Maria y Campos, Armando de. "Ballet clásico y bailarines flamencos. Somerset Maugham y los hermanos Quintero 20 años después. Ascenso de Palillo y de Don Chicho". Novedades, 1945. Reseña Histórica del Teatro en México 2.0-2.1. Sistema de información de la crítica teatral, <criticateatral2021.org>



TRANSCRIPCIÓN CON FORMATO

Novedades

Columna El Teatro

Ballet clásico y bailarines flamencos. Somerset Maugham y los hermanos Quintero 20 años después. Ascenso de Palillo y de Don Chicho

Armando de Maria y Campos

No se puede quejar el observador teatral de la última semana, una de las más fecundas en acontecimientos de todas categorías y calidades. El nombre y el arte de Lily Pons, la cubre con dos interpretaciones inolvidables de Lucía y de Rigoletto, a las que siguió la exquisita Bohemia de Irma González. La temporada de Opera Nacional llega en estos días a su cima, segura de la valía de todos sus componentes, inclusive de los elementos que integran su cuerpo de baile, que demostraron constituir ya un ballet de excelente categoría, presentándose en función aislada –jueves 19–, con un programa compuesto por tres ballets: Las Sílfides, de Chopin, en el candelero de la actualidad cinematográfica; Apolo Musagete, de Stravinski y Constancia, ideado sobre el concierto número 2, en fa menor para piano y orquesta. El ballet de Balanchine y Dollar –Cuerpo coreográfico de School of American Ballet–, satisfizo el gusto exigente del público de México, tan conocedor de este arte.

Veintitantas horas después se presentaron en un club nocturno –por no tener teatro donde hacerlo–, dos grandes artistas del género español, siempre bien recibido entre nosotros, pero ahora más, por razones obvias de traer a esta croniquilla. La pista de un cabaret se llenó de un público de la mejor calidad, para conocer a Gloria Ligrán, excelente cancionista y bailaora; Carmen Sol también cancionista y bailaora, y Paco Rey, un bailarín de cuerpo entero, a pesar de su cuerpo menudo, maestro auténtico en el arte de zapatear. Espléndida mujer y gran artista la primera, gustó tanto como la deliciosa y graciosa Carmen Sol, que canta y baila con salero. Los tres artistas constituyen un excelente espectáculo de legítimo sabor español.

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Para despedirse –creemos que no definitivamente–, de la carrera de actriz, la señorita Clementina Otero retornó al escenario del Fábregas representando la bella comedia de Somerset Maugham La mujer del César, que no obstante de pertenecer al grupo de sus obras populares en Europa hace 25 años, se representa por primera vez en México por cierto en excelente traducción de Carlos Barrera.

El año pasado el Teatro de México y Clementina Otero presentaron otra excelente comedia del mismo autor La esposa constante que gustó mucho, por cierto que la dirección artística juzgó oportuno cambiarle el final, para no escandalizar al público burócrata característico de este espectáculo. Lo mismo o más, había en años anteriores un adaptador y adoptador de obras extranjeras para darle gusto al público comercial, pretendiendo enmendar el original con la creación de un nuevo personaje, que llevó al foso a la obra, al autor inglés y al adaptador. Aquella obra que interpretó María Tereza Montoya se titulaba Intimidades conyugales. Otra obra de WSM que conoce México es La llama sagrada, y otra más El archiduque y el camarero, que representó en el Bellas Artes Fernando Soler. No se trata pues de un autor nuevo, como cándidamente creían algunos alumnos de la Academia Cinematográfica que asisten al teatro cada vez que estrena el Teatro de México.

Magnífica pieza de teatro La mujer del César halló una excelente interpretación de parte de Clementina Otero y de Luis Beristáin, nuevo galán de excelentes aptitudes que se presentó en esta obra y cayó de pie. Otra grata sorpresa fue la reaparición, después de 11 años de ausencia del tinglado de la antigua farsa, de la actriz Isabelita Sánchez Peral en la madurez de su arte que domina con intuición y temperamento. La obra fue dirigida sobriamente por Andrés Soler, quien también se presentó como actor logrando una severa interpretación de su papel, el de un marido engañado... "no nato".

La compañía Meliá-Cibrián exhumó una comedia quinteriana de la época de la de Somerset Maugham, que conocimos. Pero qué diferencia. La Cristalina quinteriana pertenece ya al mundo de lo artificial. Noble empeño el de Pepita Meliá darle humanidad a un personaje de copla y chascarrillo.

Por los teatros frívolos hubo también sus acontecimientos. Palillo ascendió del Follies al Lírico y Don Chicho del Colonial al Follies. La presentación de Palillo, con el propósito político El profeta Ezequiel Palillo tuvo caracteres de apoteosis; la de Don Chicho reforzada con la reaparición del estupendo ventrílocuo Paco Miller fue un éxito de público rotundo.