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Columna El Teatro

Una semana más y no de las mejores...

Armando de Maria y Campos

La semana teatral última debe considerarse como la 2a. del Teatro de México, la 4a. de María Antinea y la 5a. de la familia Chulim si tenemos en cuenta, por lo que se refiere a este último espectáculo que se ofrece en el Lírico, que se trata únicamente del número de episodios que semanariamente –en semanas teatrales de 15 días– se han ofrecido de las andanzas y picardías de este pintoresco grupo teatral.

La 2a. semana de Jaque a don Juan –jaque y mate–, en nada se diferenció de cualquiera de las que en el Bellas Artes, o en el Fábregas ha padecido esta organización de espectáculos cosmopolitas. Le faltó el apoyo del público, lo que ha llevado a la empresa directora a estudiar varios proyectos para renovar el cartel. Se llamó al director francés André Moreau para que dirigiera una adaptación teatral de Madame Bovary; no se llegó a nada en definitiva. Se supo que se encontraba en México la actriz María Tereza Montoya, que con su compañía ha realizado magnífica campaña en Guadalajara, y se le invitó a incorporarse al elenco que preside Clementina Otero. La cosa está en veremos. La Montoya iría, sí, pero con todos sus compañeros, y para hacer su género... aún no se resuelve nada. ¿Se decidirán por una obra de Benavente, como se ha planeado si la Montoya no se incorpora al conjunto que dirige el autor Miguel N. Lira?...

La animadora del espectáculo que se viene presentando en el Arbeu, María Antinea, anuncia haber contratado en Hollywood a una actriz española que en la meca del cine ha sido utilizada para filmar películas españolas: Luana Alcañiz, de la que se dice obtuvo un "primer premio en el último concurso de artistas de cine en España". Por los demás, siguen los cuadros o estampas españolas, sin que haya nadie que les meta la mano para expurgarlas de tanta y tanta "españolada de abarrotes".

Al arribar la semana al sábado, únicamente el Ideal presentó a esta ciudad de los dos millones de habitantes que si quisieran divertirse no encontrarían locales bastantes, una novedad, una relativa novedad: el estreno en la metrópoli de una vieja comedia del escritor madrileño Serrano Anguita, escrita cuando el excéntrico Ramper hacía furor en los teatros de la entonces villa y corte, con esto está fijada su auténtica antigüedad. Hace ocho o diez años la hicieron las entonces hermanitas Blanch durante una gira que realizaron por el interior de la República. Ahora se ha exhumado para presentar al público de este teatro una actriz recién llegada de Cuba, Pilar Mata, dama llamada de las de carácter por la índole de los papeles que desempeña, y que realmente lo tiene al demostrar que persiste en una carrera tan llena de contrariedades. Habrá vuelto a México atraída por el señuelo del cine. Durante su intervención en el primer acto de Tierra en los ojos que así se titula la comedia de Serrano Anguita, estuvo insegura; después se fue afianzando.

La comedia Tierra en los ojos pudo muy bien no haberse representado nunca más, y nada hubiéramos perdido al no conocerla. Se trata de una pieza de antes de la República, poco más o menos, de costumbres andaluzas y que exhibe la serie de tipos, muy castizos en aquel tiempo, que llevaron a España, precisamente por vivir en la vida real sucesos como el que fijó en la escena el comediógrafo ahora falangista, a la situación actual que nadie ignora. Con el espectáculo de María Antinea que se exhibe en el Arbeu; éste también muy español que se localiza en el Ideal, ya tiene bastante el público que no conoce España, para seguir ignorándola.

En el Lírico se estrenó –es un decir–, una nueva aventura o episodio de La familia Chulim, esta vez trasladándose el "Chino" Herrera con Lucrecia Borges, Alicia Maycotte y Fernando Herrera a la Argentina. La obrita, escrita por Daniel Herrera, su máximo intérprete, divierte, sin defraudar. Abundan los tangos, y no falta, al final de la representación, el clásico "pericón" argentino, que baila Celia Montalván vestida de gaucho. No escasean los lunares: la presentación de Chelo Gómez, con un número cubano. El lunar, claro está no es Chelo, sino la música cubana en finca del rico estanciero que invita a la familia Chulim a pasar una temporada a las márgenes del Plata. Y una novedad, auténtica, que es también una promesa de actor: la presentación del joven Mario Herrera, hermano de Daniel y de Fernando que puede ocupar un sitio estimable, si no se tuerce o malogra.