FICHA TÉCNICA



Título obra La casa de Salud (S.O.S)

Autoría Joaquín Dicenta y Antonio Paso, hijos

Elenco Yuyú Blengio, Emilio Brillas, Óscar Ortiz de PInedo, Marina Marín, Alfredo Varela, Armando Pascual, Alfonso Torres, Aurora Castillón

Espacios teatrales Teatro 5 de diciembre




Cómo citar Maria y Campos, Armando de. "La casa de Salud (S.O.S), de Joaquín Dicenta y Antonio Paso, hijos, adaptación de Alfredo Varela, en el teatro Cinco de Diciembre". Novedades, 1965. Reseña Histórica del Teatro en México 2.0-2.1. Sistema de información de la crítica teatral, <criticateatral2021.org>



TRANSCRIPCIÓN CON FORMATO

Novedades

Columna El Teatro

La casa de Salud (S.O.S), de Joaquín Dicenta y Antonio Paso, hijos, adaptación de Alfredo Varela, en el teatro Cinco de Diciembre

Armando de Maria y Campos

De las dos versiones de la pieza cómica que acaba de subir a la escena de la sala Cinco de Diciembre, me quedo con la primera, que es la original española, y creo que lo mismo le pasaría a cualquier espectador con el título de: La casa de Salud, que no es como hace suponer un sanatorio sino el domicilio de una dama de ese patronímico. No había necesidad de adaptarla al ambiente mexicano con el título desorientador de S. O. S., porque su trama, de la que se derivan muchos equívocos es inadaptable, no sólo por su originalidad intrínseca, también por su españolismo; más justamente, por su madrileñismo.

Conocemos la razón de este tipo de adaptaciones: el cobro de los derechos de autor por quien no es autor de la obra y entra en cercado ajeno y hace y deshace, siembra y poda a su gusto con el apoyo cómplice de la Unión Nacional de Autores que autoriza estas lamentables situaciones.

Las obras del tipo de: La casa de Salud no tienen arreglo posible, porque son perfectas en su género. Podrán parecer anticuadas, si se considera que en el teatro casi todo envejece. Pero a ésta de Dicenta y Paso, hijos, puede considerársele como clásica del género de equívocos y enredos. Estos fluyen espontáneos como el agua de un manantial subterráneo. No hay motivo, no hay razón, no hay lógica para convertir sus personajes en tipos de pachanga, para no usar el galicismo de pochade o ni siquiera el españolísimos de astracán. La pieza de Dicenta y Paso, hijos, divierte a pesar de la adaptación ramplona y de la interpretación bufa que le dan particularmente Yuyú, Emilio Brillas y Ortiz de Pinedo. Es inconcebible en verdad lo que estos actores hacen. Pocos clowns se atreverían a intentar parecidas hazañas. En cuanto a la señora Yuyú, que podría ser una excelente actriz, ha degenerado en una caricatura de otra frustrada actriz con talento como es Chachita. Pero hay público para todo, y mucho más del que uno se imagina para reír. Se ciñen a sus personajes con tal cual resbalón Marina Marín, Alfredo Varela, Armando Pascual, Alfonso Torres y Aurora Castillón.

¿Será verdad que el público tiene el teatro que merece? Ya he dicho que hay mucho público que va al teatro sin más propósito o mayor exigencia que reír.