FICHA TÉCNICA
Título obra Ajuste matrimonial
Autoría Tennessee Williams
Dirección Dimitrios Sarras
Elenco Emilia Carranza, Sergio de Bustamante, Carlos Navarro, Julieta Velasco, Andrea Palma, Alberto Galán
Escenografía David Antón
Espacios teatrales Teatro Jesús Urueta
Cómo citar Maria y Campos, Armando de. "Ajuste matrimonial, de Tennessee Williams, en el teatro Jesús Urueta". Novedades, 1965. Reseña Histórica del Teatro en México 2.0-2.1. Sistema de información de la crítica teatral, <criticateatral2021.org>
TRANSCRIPCIÓN CON FORMATO
Novedades
Columna El Teatro
Ajuste matrimonial, de Tennessee Williams, en el teatro Jesús Urueta
Armando de Maria y Campos
Durante la "bella época", que construyó con la guerra de 1914, a nadie se le hubiera ocurrido hablar de psiquiatría en el campo de la producción teatral. Los desequilibrados nerviosos aparecieron por primera vez en 1918 y van en aumento; quién sabe a qué grado llegarán, si las cosas de la guerra y su política continúan complicando la existencia del hombre. Qué mucho tiene que existan autores dramáticos cuyas piezas sean auténticos estudios psiquiátricos. Quien más destaca en este género es el norteamericano sureño Tennessee Williams, quien desde su primera producción mete en sus obras asuntos y personajes que caen dentro del ya basto campo de la psiquiatría. Viajero constante, observador profundo de la vida, en todos los sitios del mundo por los que pasa encuentra asuntos para sus dramas, que precisan de cronistas psiquiátricos más que de comentaristas teatrales. Precisamente en estos días un grupo de hombres de ciencia estudia por separado mediante conferencias varias de las piezas de Tennessee Williams. Estos hombres de ciencia son psiquiatras. ¿Qué puede hacer un simple cronista teatral, que casi arranca de la bella época, con una pieza de Tennessee Williams, que es un auténtico problema de psiquiatría?
Ajuste matrimonial viene a ser, entre nosotros, los que entendemos la vida a la española, desavenencias conyugales durante los primeros años de matrimonio. Acaban estas desavenencias, las parejas siguen fieles hasta donde es posible a su destino, y se logra el ajuste matrimonial. ¡Ah! Pero cómo varían las cosas si se trata de seres lastimados profundamente por los dolores y las angustias de las guerras, que los convierten en sujetos que requieren intervenciones en el campo de la psiquiatría. Dos muchachos que pelearon en China o en Corea tratan de formar sus respectivos hogares. Uno lo logra a medias, desposándose por interés con una mujer de escasos atractivos, por la que no siente ningún deseo; otro, víctima de una temblorina que adquirió en Corea, se desposa con una chica ingenua y la misma noche de bodas la deja abandonada en la casa de un amigo, compañero de guerra, al que me he referido antes. Los dos sufren de desajuste matrimonial. La comedia termina con el ajuste matrimonial de ambas parejas. Pero, cuánta angustia padecemos durante tres actos actores y espectadores.
El cronista se confiesa devoto de Tennessee Williams y encuentra admirable esta pieza tan bien expuesta como inmejorablemente construida y expresada en un lenguaje certero y eficaz, quién sabe por quién puesta en castellano.
La interpretación es admirable en primer término por parte de Emilia Carranza, en la mejor actuación que el cronista la ha visto, creando un personaje de recién casada confusa y angustiada, sosteniendo el tipo de principio a fin; de Sergio de Bustamante, que está realmente magnífico en su dramático personaje de soldado víctima de una temblorina coreana que le impide hacer el amor; de Carlos Navarro, excelente en su bien centrado personaje casado por interés. Cumplen con discreción Julieta Velasco, Andrea Palma y Alberto Galán. Tanto la dirección de Dimitrios Sarras como la escenografía de David Antón son excelentes. Conviene no olvidar que la acción ocurre en un suburbio de Memphis, Tennessee patria chica de Williams.