FICHA TÉCNICA
Título obra Locuras felices
Autoría Alfonso Arau
Dirección Alejandro Jodorowsky
Elenco Alfonso Arau
Espacios teatrales Teatro Milán
Cómo citar Maria y Campos, Armando de. "Humor, danza, teatro y pantomima, por Alfonso Arau en la sala Milán". Novedades, 1964. Reseña Histórica del Teatro en México 2.0-2.1. Sistema de información de la crítica teatral, <criticateatral2021.org>
TRANSCRIPCIÓN CON FORMATO
Novedades
Columna El Teatro
Humor, danza, teatro y pantomima, por Alfonso Arau en la sala Milán
Armando de Maria y Campos
Cuando menos lo esperábamos ha surgido en la ciudad de México un espectáculo extraordinario. Ni más, ni menos. Un espectáculo poliédrico en el que se revela como un actor de posibilidades ilimitadas el antes bailarín y maquietista Alfonso Arau. El espectáculo se titula, modestamente, Locuras felices, pero podría titularse el escenario del actor Ali Babá y sus cuatrocientos trucos teatrales, acunados en la mímica robustecidos con lo más sano que tiene la vida, el humor, por supuesto el buen humor, del que nace el humorismo y da vida más tarde a la caricatura.
Olvidemos por un instante lo que fue antes Alfonso Arau y arranquemos desde el instante en que se revela como un mimo –actor, bailarín, músico y hasta caricato. Alfonso Arau sin más ayuda colabora que algunos trebejos, sólo, solo y su alma solo y su gesto, solo y su gracia de simpar humorista llena la escena más que una farándula con todos los elementos tradicionales. Alfonso Arau, repitamos, él solo, sin maquillaje como otros grandes mimos mundiales, cuenta en cinco o seis minutos una historia de humor en la que actúan como si fueran actores de sueño o pesadilla el gesto, los brazos, las manos, los dedos, el torso, los muslos, las pantorrillas, los pies. Podría decirse que en el rostro, limpio como recién salido de la barbería, actúa como actor independiente, tragicómico a la vez una increíble y fabulosa conjunción de actores, porque cada músculo de su rostro, según la emoción que refleja, actúa en forma independiente y a la vez coordina, como un elemento de expresión aislado. Es increíble, pero cierto. Es como entrar en la oscuridad en una cueva iluminada por los destellos y brillos de cientos, de miles de gemas preciosas. Todo eso se resume en el humorismo actoral de Alfonso Arau, mismo que a veces habla hace música, del que creo, sinceramente, que no tiene par en la escena mundial. Cada una de las doce escenas que cuenta, piedra preciosa aislada, merece engarce propio. En la imposibilidad de hacerlo, quede, por ahora, el hecho insólito que en la escena mundial es ya Alfonso Arau.
¿Qué parte toca en esta revelación al maestro de la mímica Alejandro Jodorowsky? es un secreto, pero puede ser un misterio que a ellos toca descubrir.
El arte de Alfonso Arau debe ser conocido, y pronto, por algunos de los millones de seres que viven en esta dichosa y acongojada ciudad de Uruchurtúpolis.