FICHA TÉCNICA
Título obra Les femmes sauvantes
Autoría Jean-Baptiste Poquelin Molière
Dirección Bernard Roussillon
Grupos y Compañías La Comédie Française (Salle Richelieu)
Elenco Maurice Escande, Jacques Eyser, Jacques Sereys, Maco Behar, J. J. Jemma, J, Toja, Annie Ducaux, L. Delamare, H. Perdriere, D. Gence, H. Barrear, C. Winter, C. Samie, G. Fonanel, M. Fromet / elenco de la compañía
Escenografía Suzanne Lalique
Vestuario Suzanne Lalique
Espacios teatrales Teatro del Palacio de Bellas Artes
Título obra Port Royal
Autoría Henri Millon de Montherlant
Dirección Bernard Roussillon
Grupos y Compañías La Comédie Française (Salle Richelieu)
Elenco Maurice Escande, Jacques Eyser, Jacques Sereys, Maco Behar, J. J. Jemma, J, Toja, Annie Ducaux, L. Delamare, H. Perdriere, D. Gence, H. Barrear, C. Winter, C. Samie, G. Fonanel, M. Fromet / elenco de la compañía
Escenografía Suzanne Lalique
Vestuario Suzanne Lalique
Espacios teatrales Teatro del Palacio de Bellas Artes
Título obra Le jeu du l'amour et du Hasard
Autoría Pierre Carlet de Chamblain de Marivaux
Dirección Bernard Roussillon
Grupos y Compañías La Comédie Française (Salle Richelieu)
Elenco Maurice Escande, Jacques Eyser, Jacques Sereys, Maco Behar, J. J. Jemma, J, Toja, Annie Ducaux, L. Delamare, H. Perdriere, D. Gence, H. Barrear, C. Winter, C. Samie, G. Fonanel, M. Fromet / elenco de la compañía
Escenografía Suzanne Lalique
Vestuario Suzanne Lalique
Espacios teatrales Teatro del Palacio de Bellas Artes
Título obra Pasiphae
Autoría Henri de Montherlant
Dirección Juan José Gurrola
Elenco Claudio Brook, Vera Larrosa, Fuensanta Zertucho, Laila Cohen
Espacios teatrales Sala del Museo Tamayo
Cómo citar Reyes, Mara (seudónimo de Marcela del Río). "[Comédie Française]". Diorama de la Cultura, 1959. Reseña Histórica del Teatro en México 2.0-2.1. Sistema de información de la crítica teatral, <criticateatral2021.org>
TRANSCRIPCIÓN CON FORMATO
imagen facsimilar
Diorama de la Cultura, Excélsior
Columna Diorama Teatral
[Comédie Française]
Mara Reyes
Teatro: Palacio de las Bellas Artes. Comédie Française (Salle Richelieu). Director, Bernard Roussillon. Decorado y Vestuario, Suzanne Lalique. Elenco: Maurice Escande, Jacques Eyser, Jacques Sereys, Maco Behar, J. J. Jemma, J. Toja, Annie Ducaux, L. Delamare, H. Perdriere, D. Gence, H. Barrear, C. Winter, C. Samie, G. Fontanel y M. Fromet.
Es la presencia en México de La Comédie Française el acontecimiento más importante de los últimos días. Se trata evidentemente de un teatro diferente, en el que se ha dado una lección de profesionalismo y “bien decir”, un teatro de tradición, que nos ha dispensado por un momento de la oportunidad de observar el teatro tal y como lo vieron nuestros antepasados: sin trucos, sin efectismos, y con un auténtico sabor de fantasía.
Estamos acostumbrados a un teatro de decorados macizos, realistas o únicamente sugestivos, pero no a la tela pintada, tal y como tradicionalmente fue usada, y es precisamente ésa la forma de decorado que la Comédie utiliza. Por otra parte, las luces son manejadas en forma diversa; aquí, se ilumina con tonos de color e intensidad distintos, en cambio ellos usan una luz blanca y plana. En cuanto a la dirección están sujetos estrictamente a las normas más ancianas. En una palabra, la actuación de estos maestros del teatro está exenta de toda esa serie de recursos y efectismos sin los cuales nuestros escenarios no pueden vivir. Los actores de la Comédie Française se limitan a lo más puro: a la expresión de la palabra, y todo su apoyo son los gestos, las actitudes, sin valerse de ningún recurso poco legítimo.
Es de hacer notar la estupenda voz y dicción que posee cada uno de ellos. Se trata de una compañía sin estrellas, cada uno es un verdadero valor; desde luego puede destacar un actor como Maurice Escande o una actriz como Annie Ducaux, pero la diferencia es que no está determinado el éxito de la representación por uno o dos de los componentes de un elenco, sino por todos cada uno de ellos.
Las obras representadas fueron: Les femmes sauvantes de Molière, un Molière distinto al que hemos conocido, diferente al que escenificó Jean Louis Barrault, pero indiscutiblemente por las crónicas que de aquella época nos han llegado, más apegado al auténtico. La segunda obra fue Port Royal, del magnífico Henry de Montherlant, en el último programa se presentó una obra de Marivaux, Le jeu dul'amour et du Hasard y varias escenas de distintos autores franceses de los últimos 50 años.
La obra de peso y sin duda alguna la más importante fue Port Royal, basada en el conflicto suscitado por Jansenio, teólogo holandés y obispo de Ypres, cuando en su obra Agustín, combatió al jesuita Molina exponiendo en ella, desde su propio criterio, las doctrinas de San Agustín acerca de la gracia, el libre albedrío y la predestinación. La obra evoca el momento en que el arzobispo de París llega a la Casa de Port-Royal, de esa misma ciudad, que junto con Port-Royal des Champs, constituían los baluartes del jansenismo, casas encabezadas por Arnauld y San-Cyran. La visita del arzobispo es con el fin de que firmen el formulario redactado por los obispos de Francia que rezaba: “Yo condeno de corazón y de boca la doctrina de las cinco proposiciones contenidas en el libro de CornelioJansenio, doctrina que no es la de San Agustín, la cual Jansenio ha malinterpretado.” El fondo de las cinco proposiciones condenadas puede deducirse del texto de Jansenio en su tomo tercero que dice: “Todo esto demuestra plenamente y evidentemente que no hay nada más cierto y más fundamental en la doctrina de San Agustín, en su afirmación de que hay ciertos mandamientos imposibles, no solamente para los infieles, los ciegos, los endurecidos, sino para los fieles, los justos; a pesar de sus voluntades y esfuerzos, según sus propias fuerzas; y que la gracia que pueden otorgar esos mandamientos posibles les falta... que Jesucristo no fue, según San Agustín, muerto por todos los hombres”. Aquellas afirmaciones tenían que ser divergentes de las de los jesuitas. En Port Royal no quedarían más que las religiosas que firmaran el documento. La dispersión de ellas interesaba a los jesuitas. Aquél no fue sino un problema político entre el poder del Rey y el Papa.
El episodio histórico, está excelentemente interpretado y evocado en esta estupenda obra.