FICHA TÉCNICA



Título obra Un dÌa de estos...

Autoría Rodolfo Usigli

Dirección Alfredo GÛmez de la Vega

Elenco Alfredo GÛmez de la Vega, Felipe Montoya, Fernando Mendoza, Rodolfo Calvo ”scar Ortiz de Pinedo

Escenografía Antonio Ruiz (El Corcito)

Referencia Armando de Maria y Campos, Estreno de Un da de estos... de Rodolfo Usigli, dirigida y actuada por Alfredo Gmez de la Vega, en Novedades, 15 enero 1954.




TRANSCRIPCIÓN CON FORMATO

Referencia ElectrÓnica

Novedades

Columna El Teatro

Estreno de Un da de estos... de Rodolfo Usigli, dirigida y actuada por Alfredo Gmez de la Vega

Armando de Maria y Campos

Yo s bien que a muchos de los lectores que siguen esta columna y a no pocos de mis amigos les agradara que compusiera una crnica cominera de la ltima obra de Rodolfo Usigli estrenada hace unas cuantas noches, dirigida y actuada por nuestro eminente compatriota Alfredo Gmez de la Vega. Pero s tambin que no pocos de mis amigos y no escasos lectores de esta columna esperan de m un comentario encendido por el elogio para Un da de estos... y para el creador del simblico personaje Jos Gmez Urbina, presidente de la Repblica de Indolandia, por accidente y mrtir de su patria por negarse a ser el dictador que todos sus funcionarios quisieran llegase a ser para medrar a su sombra.

Ni lo uno ni lo otro. No estoy con los que estiman que la nueva pieza de Usigli, estrenada en un clima de expectacin extraordinario, es un desahogo poltico de carpa, ni un sketch amplificado como tantos que en la poca en que los teatros menores se escriban obras con argumentos estrenaron Soto, Pardav, Palillo u otros actores menores. Creo, s, que nuestro verdadero teatro mexicano est ms que en las obras con problemas universales, en esas pequeas piezas que recogen la stira que murmura la voz de la calle. Pero Usigli es un autor dramtico de cuerpo entero que conoce, hondo, ancho y profundo, cmo se hace un teatro nacional y universal a la vez, intemporal tambin, porque no obstante que parece de actualidad o de circunstancias, lleva en su entraa una verdad histrica que lo har vivir fuera de este tiempo y en un espacio futuro insospechado.

Usigli es un gran experimentador de las formas dramticas. No se tome a hereja si se afirma que su teatro, por ambicioso y por curioso, es permanentemente experimental. Experiencia impresionante por lo profunda, es su Corona de sombra, calificada por l como "pieza antihistrica", siendo, como es, una punzante leccin de historia. A Un da de estos... la denomina "fantasa impoltica", siendo como es a mi juicio, estremecedoramente poltica y arrancada a araazos que chorrean sangre de la cantera de una realidad mediata.

Nadie que viva estas horas mexicanas de profunda inquietud teatral ignora el argumento de Un da de estos..., pretexto escnico nada ms para que Rodolfo Usigli se muestre el paradjico comentarista dramtico que no puede dejar de ser ni en el teatro, ni en el ensayo, ni en la vida. Tengo para m que casi nada de lo que en la obra de Usigli dicen el presidente Gmez Urbina, el de la Suprema Corte, el del Partido Unico en Mexicolandia se acostumbra decir el partido que est en el poder; el del Congreso, los secretarios de Estado, los expresidentes de Indolandia, y an el embajador de Demolandia, es del propio Usigli. El autor de Un da de estos... "oreje" a lo largo de ms de media docena de dramticas ascensiones al poder, lo que decan los personajes que el azar o el sufragio dirigido llev a la silla o les dio una cartera, y, como apuntador extraordinario, apunt a los actores encargados de decir lo que ya antes haban dicho soles y satlites del gobierno y la poltica y... los ha dejado hablar por s y como eco tambin de lo que de ellos se dijo y se dice. A esta nueva experimental! forma y manera de hacer teatro la llama Usigli "fantasa impoltica". Yo la llamo y as creo que la llamarn tambin las generaciones que nos sucedan, simple y sencillamente: teatro nuestro! En cualquier hora y en cualquier sitio este teatro de Usigli El gesticulador, Corona de sombra, Noche de esto, Los fugitivos ser teatro de Mxico. Qu otro pueblo, fuera de Espaa, Francia o Inglaterra, triada de maestros en teatro, puede decir lo mismo?

Pieza original rica en ideas, sobria y audaz, tejida con dilogos de una fluidez impresionante, es un alarde de tcnica y seguridad en el dominio de un arte que parece tan fcil y es siempre difcil. Con habilidad de quien conoce las reacciones del espectador y travesura de ingenio mordaz, Usigli juega a las adivinanzas. Quin es este presidente? Quines son aquellos ex? A quin pretende exhibir cuando habla del presidente del Partido Unico?... Cada uno de estos personajes tiene mucho de este poltico, de aquel o del de ms all: este dice lo que hizo aquel; y aquel pronuncia frases que nunca se oyeron durante su gobierno. Qu ms da que uno diga lo del otro, si lo que dicen todos resulta que es lo que han dicho todos en su da y en su hora! Y el presidente de Indolandia es o no es ste, o aquel? Extraordinaria habilidad de autor de teatro que juega as con la verdad y la mentira, con la realidad y la ficcin, y hace de todo ello una apasionante y dramtica fantasa impoltica. Una verdad salta y se impone: el presidente de Indolandia puede ser, si lo quiere, un extraordinario, omnipotente dictador... demcrata. Jos Gmez Urbina, oscuro mexicano y patriota de cuerpo entero, no quiere serlo y, al morir, porque le falta el corazn, deja una tremenda leccin a su pueblo de Indolandia. Y... la poltica sigue su marcha!

Pieza de muy difcil interpretacin hall en Alfredo Gmez de la Vega, inexcusablemente gran director, el dictador de la escena que haca falta para lograr una sobria y entonada versin humana de esta "fantasa". Como es lgico y natural, Gmez de la Vega es protagonista de la obra, eje fundamental de la interpretacin. Halla en el ninguneado, escrito a su medida por Usigli, un personaje nuevo en su carrera no obstante que a ratos roza al Topacio de Pagnol. Est severo y grandilocuente como corresponde a un primer magistrado que debe imponerse por sus sentimientos y sus pensamientos demcratas. No es posible que abandone su escuela y estilo que lo llevaron al lugar cumbreo en que ahora se halla, pero esto es lo que le da calidad profunda a su trabajo como actor. Como director logr que el ritmo de la obra fuera entendido por los veintitantos actores que en ella toman parte, destacando las interpretaciones personales de los ms profesionales Felipe Montoya, Fernando Mendoza, Rodolfo Calvo, Ortiz de Pinedo, y manteniendo en plano decoroso la de los numerosos experimentales de la escena, del radio, del cine y de la televisin, que cubren la totalidad del reparto.

La escena est presentada con buen gusto y propiedad. Para abrir y cerrar la pieza, Antonio Ruiz pint un teln magnfico con el escudo de la supuesta Indolandia.