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Se crea una Comisión Nacional de Protección al Teatro. Subvenciones mexicanas a la tiple española Pepita Embil.

Crisis de la empresa méxico-argentina del Tívoli

Armando de Maria y Campos

    Si el teatro no fuera -se ha dicho hasta la saciedad-, por su propio carácter de representación humana, la más viva de las artes, no estaría permanentemente en crisis. El teatro es, en sí mismo, una crisis, desde que la obra -o el negocio en sí, es decir, la empresa- se insinúa larvada en la mente del autor -o del empresario-.
     Porque el teatro es crisis constante, permanente, no deben extrañarnos sus crisis transitorias, por graves que sean. Lo que hace falta es localizarlas, para, después, remediarlas. El teatro en México sufre aguda crisis. Sus principales teatros permanecen cerrados; los que esporádicamente abren con espectáculos organizados al vapor, cierran a los pocos días con pérdidas increíbles por lo fabulosas; los improvisados empresarios huyen del mundillo teatral y no quieren volver a oír hablar de negocios teatrales; unos a otros -trabajadores y empresarios accidentales, actores y autores- se recriminan. Es urgente, pues, atacar el mal rápidamente; poner el remedio eficaz de la llaga fatal.
     Un grupo de personas conscientes de lo que para la ciudad de México, para su tradición teatral, principalmente, significa no contar con espectáculos de que gozan hasta los pueblos más modestos de otros países, se ha venido reuniendo para integrar una Comisión Nacional de Protección al Teatro, que con toda serenidad y conciencia del problema logre la reincorporación de México a la vida y cultura del teatro, y halle soluciones parciales, por lo menos, al grave y múltiple problema que confronta la situación del teatro en México, y que es motivo de preocupación del Ejecutivo Federal y del jefe del Departamento del Distrito Federal.
     El comité organizador de la Comisión Nacional de Protección al Teatro en México, está elaborando el plan a desarrollar de inmediato, habiendo ya dado cuenta al Ejecutivo de la Nación de sus primeros pasos, y poniendo en conocimiento del secretario de Educación Pública y del jefe del Departamento del Distrito Federal, que fueron designados, por unanimidad, presidentes honorarios de la naciente Comisión Nacional de Protección al Teatro en México.

  Prueba evidente de que las autoridades culturales mexicanas protegen al teatro en general, sin distinción de géneros, ideologías o nacionalidades, es la subvención de $ 5,000.00 (cinco mil pesos) que la Secretaría de Educación acordó en favor de la tiple española Pepita Embil, con destino a la temporada de zarzuela española que desarrolló en el teatro Arbeu durante los meses de agosto, septiembre y octubre, y durante la que sirvió al público reposiciones de la categoría de La revoltosa, La verbena de la paloma y Gigantes y cabezudos.
     Gracias a esta estimable aportación económica de nuestra Secretaría de Educación, y a otras que justamente le proporcionaron entusiastas elementos de la antigua colonia española residente en México, la empeñosa y notable tiple vascongada realizó una larga temporada en México, y ha iniciado con fortuna sus salidas por los estados. En San Luis Potosí contó con la ayuda del gobernador del estado, y gracias a ésta y al favor del público potosino, tan entusiasta por el teatro, pudo Pepita Embil cosechar una estimable utilidad económica. Ahora, también apoyada por el gobernador de Puebla, y por la antigua colonia española angelopolitana, se dispone a ocupar el viejo teatro de la plazuela de San Francisco.

     Antes de que la nueva temporada de revistas organizada para el Tívoli llegara a la primera semana de actuación, se empezó a hablar de que resultaba incosteable por las fuertes pérdidas que ocasionaba a sus empresarios, el señor Sirkin -argentino, "nuevo en esta plaza" y sin "alternativa"- y señor Nevares -nuevo en el negocio teatral, "novillero" con valor, y con valores-, por lo que estaban dispuestos a abandonar el negocio, mismo que se ha apresurado a recoger la Federación Nacional de Espectáculos con el fin primordial de cobrar lo que la empresa Nevares-Sirkin queda a deber a actores, tramoyistas, utileros, electricistas, apuntadores, etcétera.
     Con esta será la tercera vez que durante el presente año la Federación Teatral tome la

administración de un mal negocio de teatro para evitar que se le seque una fuente de trabajo. La primera fue el saldo de la temporada Cabalgata, en el Arbeu, durante los meses de enero, febrero, marzo y días de abril; la segunda vez fue al hacerse cargo de otro saldo teatral, el de la fallida temporada de Roberto Soto -Conozca usted México... qué le cuesta- en el Lírico, para aprovechar cinco o seis días "patrióticos" del mes de septiembre. La tercera vez, ahora. En las dos primeras ocasiones la Federación Teatral sufrió grandes pérdidas. Prueba palpable, si no evidente, de que la Federación Teatral no posee el secreto -ni el remedio- de la crisis teatral que padece México.

     En la Sala Molière del IFAL, actuará el teatro guiñol El Nahual, que dirige el veterano movilista Roberto Lago, con la cooperación de la constante animadora Lola Cueto. En "fin de semana" actuará El Nahual, poniendo las deliciosas piezas para chiquillos de diez a ... cincuenta años: La boda de la señora zorra, San Serafín del Monte, La caperucita roja, Las gallinitas, El renacuajito paseador y una reducción de la ópera alemana de Humperdick Hansel y Gretel.
     Ha aparecido, en las ediciones Cuadernos de teatro francés contemporáneo, la única pieza de teatro debida a la pluma de Colette, Entre camaradas, en limpia y ágil traducción de Alvaro Arauz. Entre camaradas será llevada a escena a principios del año próximo en la Sala Molière, con Blanca de Castejón en el papel principal.